Mucha suerte al ministro Planas y su equipo y éxito en sus resultados. Por Jaime Lamo de Espinosa
El Ministerio se enfrenta ahora a muchos problemas de envergadura y sobre todo al exceso de normas regulatorias, a la desmesurada burocratización de la PAC, a nuevos paradigmas como la sostenibilidad, la economía circular, la resiliencia, la digitalización, la inteligencia artificial, el cambio climático, etc.
Por Jaime Lamo de Espinosa, director de Vida Rural.
Querido lector:
Tras dos sesiones de investidura, meses de negociaciones previas, múltiples pactos y acuerdos y gran, inmensa oposición (grandes manifestaciones en toda España varios días y muchas ante la sede de Ferraz) a uno de tales pactos –la ley de amnistía con Junts– el proceso electoral ha terminado y tenemos presidente. Pedro Sánchez repite tras una sesión de investidura durísima en las expresiones, los gestos, las acusaciones y el tono del debate. Nunca pudimos imaginar en 1978, cuando aprobamos la Constitución, que veríamos sesiones con estos modos impropios, creo yo, de la Cámara. El Congreso de los Diputados merece más altura y mejor urbanidad y cortesía en todos los órdenes. El último debate era de investidura del candidato no de censura del anterior. No es esto, no es esto… hubiera dicho Ortega.
Siempre me he quejado de que en España en las investiduras apenas si se menciona la Agricultura en comparación con Francia o Italia. Pero esta vez no ha sido así. Sánchez afirmó lo que sigue tras mencionar la transición ecológica y el cambio climático: “Combatiendo la amenaza de la sequía, ampliando y modernizando las infraestructuras, modernizando los recursos de los organismos hidrológicos, cerrando pozos y regadíos ilegales, ayudando a los agricultores a mejorar sus explotaciones. Porque somos muy conscientes de que España es una potencia mundial agroalimentaria y queremos que siga siéndolo y, por ello, vamos a dedicar una parte sustantiva de los fondos europeos a modernizar el sector, a impulsar la agricultura ecológica y también la regenerativa.
Vamos a aprobar una Ley de Agricultura Familiar que va a favorecer este tipo de agricultura, que va a generar valor añadido social y vinculación con el territorio. Y vamos a desplegar una Estrategia Nacional de Alimentación para España que permita desarrollar toda la cadena de suministro alimentario, fomentar el empleo rural y mejorar la calidad de la alimentación”.
Me alegra que el ministro Planas lograra introducir esos párrafos en el discurso. Es elogiable la lucha contra la sequía que nos azota, la modernización de los recursos de los organismos hidrológicos –imagino que quiere decir mayores inversiones en el sector–, la ayuda a las explotaciones agrarias, el reconocimiento de que España es una gran potencia mundial agroalimentaria y que parte de los fondos Next irán al sector. Me complace que se elabore una nueva Ley de Agricultura Familiar –yo envié una que se aprobó, Ley 49/81, y se derogó más tarde por un gobierno socialista– y es bueno que se despliegue una Estrategia Nacional de Alimentación.
Hay, además, que felicitar al ministro Luis Planas por su continuidad en el cargo que viene desempeñando desde junio de 2018, lleva pues cinco años y medio al frente de Atocha. Y siempre he pensado que es un acierto por su comprensión del sector –la vida le ha llevado desde Valencia a Andalucía, dos grandes regiones agrarias–, por haber sido embajador en Marruecos durante seis años y embajador ante la Unión Europea un año. Son experiencias vitales para un ministro de Agricultura representando hoy a un país de la Unión Europea, pues la PAC que hoy vivimos, a veces sufrimos, procede de Bruselas. Unas veces para bien y otras para lo contrario, pero al fin y a la postre nos llega desde allí. Y buena parte de los problemas que hoy tenemos con las importaciones de hortofrutícolas derivan de la competencia desleal permitida en favor de Marruecos y otros países terceros. Así que conocer bien esas dos realidades no puede más que ayudarnos en su solución.
El MAPA ha tenido que luchar en estos años con la pandemia, contemplar el éxito del sector en su abastecimiento pleno a la población en ese periodo, luchar frente a la inflación de costes de los insumos que lastran las rentas agrarias, por la fuerte sequía, la falta de mano de obra, y luchar frente a los precios en alza de ciertos alimentos fruto en parte de la guerra de Ucrania, o fruto de la escasez como ha sido el caso del aceite de oliva.
Además, ha tenido que afrontar duras batallas ante la nueva PAC con la reducción de sus apoyos, con una extraordinaria complejidad que la hace de más difícil aplicación, y un Plan Estratégico que los agricultores y ganaderos sienten como un castigo en sus ayudas, lo que pesa más en los secanos y en el olivar.
Ha tenido y tendrá además que defender los criterios y las prioridades agrarias frente al Miteco en temas tan sensibles como los lobos o las regulaciones de los planes hidrográficos, los caudales ecológicos o los recortes en los suministros de agua. Estamos viviendo el otoño más seco en muchos años y habrá que ayudar mucho a los regantes. Se precisa una mayor comprensión hacia sus problemas de sequía continuada y se precisan inversiones cuantiosas de dicho ministerio, en trasvases, depuraciones de agua, etc.
Me preocupa en cambio, y mucho, que tras las palabras de investidura sobre la transición ecológica se encierre el apoyo a la Ley de Restauración de la Naturaleza sobre la que la UE ha aprobado un acuerdo político. Y esta sí es una seria amenaza para la agricultura y la vida de los agricultores y ganaderos, y que de aprobarse iría en contra de las promesas antes mencionadas que quedarían en buena parte rotas. Cabría incluso imponer con dicha ley el abandono obligado de explotaciones.
Están frente a ella todas las organizaciones profesionales agrarias, las organizaciones ecologistas –Amigos de la Tierra, Greenpeace, WWF…– y además la Ley incluye a la Red Natura entre los espacios a restaurar, lo que en España representa más del 40% de su territorio. Y la Red Natura ya es en sí misma una severa limitación a las actividades agrarias y no agrarias en su territorio.
En fin, que el Ministerio se enfrenta ahora a muchos problemas de envergadura y sobre todo al exceso de normas regulatorias, a la desmesurada burocratización de la PAC, a nuevos paradigmas como la sostenibilidad, la economía circular, la resiliencia, la digitalización, la inteligencia artificial, el cambio climático, etc., y a un nuevo orden mundial que está cambiando la geopolítica y las corrientes comerciales tradicionales. No será tarea fácil.
jaime laDeseo mucha suerte al ministro Planas y su equipo en su tarea y éxito en sus resultados por el bien de nuestra agricultura y ganadería.
Un cordial saludo