Como viene siendo habitual cada año, la presentación de los resultados del ejercicio anterior del primer grupo español de distribución alimentaria, Mercadona, crea una inusitada expectación mediática no solo en sí por las cifras de negocio, sino también por ver qué nos dice su presidente, Juan Roig, en relación a cómo marcha su empresa, cómo nos va a todos los demás y qué deberíamos hacer para que nos fuera mejor.
Señor Roig, en el 2020 todos los agricultores y ganaderos….calvos
Alfredo López. Coordinador Editorial de AgroNegocios
Esta vez, no sabemos si porque a su empresa le ha ido bastante bien, al lograr un beneficio récord de 611 millones de euros, un 12% más, y ha mejorado sus ventas hasta los 29.831 millones, incluido IVA, las “perlas” del oráculo de Tabernes Blanques, sede social del grupo distribuidor líder, no han sido tan imaginativas como en ejercicios anteriores.
Por descontado que nos alegramos de que a Mercadona y, sobre todo a sus empleados, interproveedores y proveedores especialistas, les haya ido tan estupendamente en 2015, y también por que su aportación a la economía española haya sido tan positiva.
Sin embargo, por mucho que quiera su presidente, su empresa dista mucho de ser un reflejo de la difícil situación que atraviesa el campo español, a pesar de que en el contexto actual de crisis económica los agricultores, ganaderos y pescadores que venden a sus interproveedores de la industria transformadora les hayan salido las cuentas mucho mejor y más saneadas que al resto de los expulsados de ese paraíso.
Y eso que Roig dijo en rueda de prensa que “sabemos que algunos de los productores que venden a los proveedores de Mercadona no ganan dinero”. Para añadir después que su objetivo, más que salir al exterior, es que “los agricultores, los ganaderos y los pescadores estén orgullos de serlo y todos ganen dinero en el año 2020”.
Seguro que orgullos están de su vocación y de lo que hacen, porque si no se dedicarían a otra cosa, pero es más cuestionable que todos ganen dinero viendo los resultados y, sobre todo, los márgenes de rentabilidad de unos y otros.
No obstante, Juan Roig, todo un padrazo para con los suyos, vino a tranquilizar, porque todo llegará. Aunque ahora no ganen dinero, no hay que preocuparse, porque sí lo harán en el año 2020.
Eso sí, para cumplir con el principio de “ganar-ganar” (“win-win”) tienen que darse acuerdos “beneficiosos” entre ambas partes y adaptarse a las exigencias de su modelo de “calidad total” (es decir, “no hacer las mismas cosas que sus abuelos”), aplicado a todos los eslabones de la cadena, ya que el fin último es “conseguir una Cadena Agroalimentaria Sostenible que la sociedad quiera que exista y sienta orgullo de ella, a través del liderazgo, teniendo a “El Jefe” -al cliente consumidor– como faro” (sic). Pues eso. Faltaría más.
Con tantas buenas intenciones y tan gran predicamento, ¿qué se le puede reprochar a Roig, del que todos o casi todos los medios de comunicación parecen estar “enamorados”? Pues eso: que, en el fondo, no haga mucho más por el sector de lo que está ya haciendo.
En otros términos, que siga “permitiendo” esos márgenes de escándalo entre lo que percibe un agricultor, un ganadero o un pescador y el PVP que paga el consumidor; que no sea capaz de rebajar esos múltiplos de auténtica vergüenza entre los precios que perciben los productores en origen y los que se pagan en destino y, que, por lo demás, actúe, céntimo arriba o abajo, más o menos igual que la mayoría de la industria y de la distribución minorista, sin tener en cuenta o trasladar apenas los costes reales de producción que soportan (y hasta sufren) los productores en el precio a que se les paga.
En el fondo sucede algo así como con lo de las ayudas de la PAC: las solicitan y reciben, sí, los agricultores y ganaderos, pero quienes se las “cobran” de verdad son los siguientes eslabones de la cadena de valor. No hay más que verlo.
EL DATO
Danone considera los costes de producción en el precio de la leche….en Francia
El grupo alimentario francés, Danone, que ganó un 14,5% más (1.282 M€) en 2015, firmó un acuerdo para casi tres años con 5 organizaciones de productores (OPs), que suman 2.000 ganaderos, en el que se compromete a tener en cuenta los costes de producción para fijar el precio de la leche. Esta decisión ha supuesto ya un alza del 5% en origen, frente a la tendencia general a la baja. Como contrapartida, la multinacional gala exige ajustes de la producción de un 2% en 2016, ante la situación de mercado de producto fresco. Danone, no obstante, espera un posible rebote del precio de la leche en el segundo semestre del año. En España, previsiblemente aplicará similares criterios en los contratos que renueve a partir de abril.