Sin rentas no hay sector, hay abandono, no relevo generacional. Por Jaime Lamo de Espinosa
Nuestros secanos son cada vez más secos y ello genera peores rendimientos y menores rentas, que hoy no son cubiertas por el seguro agrario que deberá adaptarse al cambio climático. Se precisan más riegos.
Por Jaime Lamo de Espinosa, director de Vida Rural.
Querido lector:
En mi última carta ya anuncié que tendríamos que ocuparnos de todo lo que nos llega desde Bruselas porque no presentaba un horizonte muy halagüeño dada la fuerte presencia de lo Verde, pero un Verde acentuado, exagerado, casi amenazador. Entremos pues en esta cuestión.
Pero antes, una ligera pincelada a la meteorología porque sigue dominando la situación. Seguimos viendo cómo baja el volumen de aguas embalsadas. Solo si las DANAs que se anuncian para este fin de semana son potentes nos traerán tormentas, torrenteras, sí, y puede que daños importantes en pueblos y paisajes así como pedriscos y granizadas graves, pero veremos, tal vez, crecer algo nuestros embalses. Falta nos hace. Porque no sé si somos conscientes de que nuestros secanos son cada vez más secos, sí lo repetiré, nuestros secanos son cada vez más secos y ello genera peores rendimientos y menores rentas, que hoy no son cubiertas por el seguro agrario que deberá adaptarse al cambio climático. Se precisan más riegos.
Por eso si queremos mejorar la situación de nuestros agricultores habrá que aprovechar mejor esas aguas y ayudarles a pasar de secanos a riegos. El riego es tan importante que Marruecos va a construir plantas de energía nuclear de reducido tamaño para desalinizar, obtener agua y expansionar así sus tierras de regadío. Y Arabia Saudí expansiona sus hectáreas regadas, también Israel, etc.
Mas vayamos al tema agrario europeo. La presidenta Von der Leyen acaba de reorganizar la composición de la Comisión. La vicepresidenta Ribera pasa allí con el cargo de vicepresidenta de Competencia y Transición Verde. Es un gran puesto para España, pero me preocupa que el factor Verde en sus manos acabe afectando seriamente a la PAC y por tanto a la agricultura europea. Ha sido nombrado también comisario encargado de la Agricultura y la Alimentación, Christophe Hansen, luxemburgués, persona con experiencia en este campo. Conoce bien la agricultura por familia y confiemos en que sus propuestas para adaptar la PAC vayan por la buena dirección y sean, por fin, positivas para el sector y que asuma también el área de desarrollo rural.
Me inquieta, eso sí, que el bienestar animal haya quedado fuera de la cartera de Agricultura, que era su lugar natural, y en manos de otro comisario, el húngaro Oliver Varhelyi, pues de lo que se acuerde en este tema dependerá mucho el futuro de nuestra ganadería. Y se leen exageraciones a propósito de este bienestar que, sin duda, preocupan. Pero estos comisarios no son definitivos. Ahora deben ser aprobados por el pleno del Parlamento europeo. Veremos en qué termina…
Y está ya lanzándose una nueva PAC cuando estamos en el curso de la PAC 2023-27, cuyos dos primeros años han sido un periodo dominado por sequías y alteración de los mercados de cereales y fertilizantes por la guerra de Ucrania. Esto ha permitido en España una reducción de los costes de los insumos y un aumento de la renta agraria y del valor de la producción logrando además una balanza comercial altamente positiva, más de 70.000 millones de euros en exportaciones en 2023. Al tiempo, crecemos en hectáreas regadas y en el porcentaje de riegos altamente eficientes. Y viejos cultivos de secano cambian hacia el riego a gran velocidad, es el caso del viñedo, olivar, almendros y pistachos. Pero solo contamos con una media de 23 ha/explotación y un 4% del empleo total. Y nuestra población agraria envejece, el 41% tiene más de 65 años, no se ve relevo generacional y crece la España Vaciada.
Pero hay algo peor, los agricultores y más aún los ganaderos no se sienten comprendidos, apreciados, valorados. Ven que cuando se habla de GEI no se valora ni entran en la cuantificación la función de sumidero que ejercen los cultivos vegetales y que es crucial. Debería pagarse –lo diré una vez más– a los propietarios de plantaciones leñosas y bosques por los GEI que eliminan de modo natural pero no sin costes. Y en contrapartida, se exageran al límite las emisiones ganaderas al tiempo que se ven unas constantes declaraciones y estudios contra el consumo de carne y en general contra las ganaderías, extensiva o de granjas, desde el lado de los animalistas. Es cierto que hoy el consumo está variando. Singles, veganos, vegetarianos, etc., van caminando en dirección anti consumo de productos animales y esto preocupa en muchas economías y en especial en algunas regiones –Aragón y Cataluña– más ganaderas. Al lado se aprecian y valoran los eco-regímenes, se teme al Pacto Verde Europeo y preocupa que no se avance en la fijación de cláusulas espejo y la renegociación de los acuerdos comerciales. Y no digamos el temor que suscita la Agenda 2030, altamente odiada por los agricultores y ganaderos de toda Europa.
Pero seguimos siendo una reconocida potencia agraria. Hay aspectos de la nueva PAC que nos llegan desde Bruselas que han producido satisfacción en el campo español. Así, el dar más ayudas a las explotaciones más pequeñas. El hecho de que la presidenta haya recibido el informe final del “Diálogo estratégico sobre el futuro de la agricultura en la UE” aportado por el Strohschneider, que dará origen a propuestas a presentar en los primeros 100 días del mandato, ha cambiado en algo la perspectiva del futuro viéndose como más esperanzador.
A mi juicio este informe no logrará cambiar la dirección de “De la granja a la mesa” que tanto preocupa. Tras su lectura sigo dudando sobre cómo piensa abordar la Comisión la futura PAC. Tal vez este nuevo enfoque permita lograr consensos básicos en esta cuestión para lograr sistemas más sostenibles, competitivos, durables, rentables, justos y resilientes. Y ello reforzando la posición de los agricultores en la cadena alimentaria, elaborando una nueva PAC adaptada a su finalidad, financiando la transición, apoyando prácticas agrícolas durables, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. En ese Plan Estratégico se siguen viendo alertas antiganadería que luego veremos cómo recogen la cuestión en los diversos planes estratégicos nacionales. Y queda por ver si del importante Informe Draghi se deduce algo para el sector agrario, bueno o no.
Y algo bueno se ha producido en los últimos días en la Eurocámara que, al rechazar una propuesta, ha subrayado que los productos agrícolas importados de países no pertenecientes a la UE deben cumplir las mismas normas en materia fitosanitaria que cumplen los productos obtenidos en la UE para garantizar la igualdad de trato y de competencia. No debería haber a partir de ahora tolerancias en la importación. Sabia decisión.
Finalmente, se observa que los objetivos son positivos y compartibles. Ahora toca ver si las medidas que vayan emanando de este informe son las adecuadas para lograr una nueva PAC que genere rentas y esperanzas al sector. Sin rentas no hay sector, hay abandono, no relevo generacional y hambre. Confiemos en que los agricultores y ganaderos vean crecer sus rentas con las medidas que nazcan de esa nueva estrategia.
Un cordial saludo.