Trump, esa amenaza agraria
Por Jaime lamo de Espinosa.
Querido lector:
El tema dominante hoy en todos los medios de comunicación es el presidente Trump con sus cientos de órdenes ejecutivas y sus declaraciones constantes que están creando un cierto conflicto a nivel comercial global. Trump, con su lema “América first”, parece cada vez más un nacionalista exaltado pero, eso sí, un nacionalista nada menos que de la primera potencia mundial. Y desde el primer instante ha utilizado la palabra y el concepto “aranceles” como una brillante idea protectora y un sistema de defensa frente a las importaciones que afectan básicamente a sectores estratégicos.
Trump pretende reducir rápidamente su déficit comercial y para ello ha comenzado amenazando con una subida del 25% los aranceles a Canadá, Méjico y China. De momento, esas amenazas han quedado suspendidas por un tiempo, pero esta guerra no ha hecho más que empezar. ¿Puede afectar al mundo agrario y a las exportaciones agrarias de la Unión Europea y de España?
En su ya famoso Memorándum de Trump de fecha 20 de enero para todos sus secretarios de Estado y de Gobierno y cuyo asunto decía “Política comercial: América primero” insiste reiteradamente en recomendar aranceles suplementarios contra sus “persistentes y elevados déficits comerciales”; propone revisar los acuerdos comerciales existentes y en diversos párrafos habla de los mercados de exportación para “trabajadores, agriculores, ganaderos, etc…”. Conviene pues estar atentos con respecto a nuestras exportaciones a EEUU.
No olvidemos que EEUU es el primer destino de las exportaciones totales de la Unión Europea que tiene un superávit comercial muy considerado. España ocupa el séptimo lugar de las exportaciones a ese destino y es el sexto país del bloque comunitario que más importó desde allí.
Pero, además, entre ambos territorios –UE y EEUU– los intercambios agrícolas son muy importantes pues EEUU es el segundo destino de las exportaciones agrícolas europeas y el cuarto país de origen de las importaciones agrícolas de la UE. En ese grupo España ocupa el tercer puesto como país importador de EEUU y el cuarto en posición exportadora.
En 2022 las exportaciones agroalimentarias y pesqueras de España a EEUU supusieron el 4,7% del total mientras que las importaciones procedentes de allí representaron el 3,8%. Si estudiamos cuales fueron los productos más exportados encontramos año tras año aceite de oliva, vinos y mostos, zumos y extractos vegetales, aceitunas negras, legumbres, hortalizas (ajos, cebollas, pimientos, etc) y quesos. Y entre los importados desde allí destacan los frutos secos, las habas de soja, el maíz, bebidas espirituosas. Y ya sufrimos de la mano de Trump en 2017 la aplicación de un arancel del 35%, luego del 31%, a las aceitunas negras alegando competencia desleal pese a que la OMC ha fallado varias veces en favor de la UE.
La UE por su parte mantiene una fuerte corriente exportadora agroalimentaria que arroja un saldo positivo importante, donde Francia, Italia y Países Bajos son los mayores exportadores y España se sitúa en cuarta posición.
No hay que olvidar que EEUU es un gran país agrícola por lo que es lógico suponer que Trump, se preocupe por el sector y entre las importaciones globales más significadas se encuentran siempre las agrícolas. Y hemos oído a Trump hablar de la agricultura USA como siempre hacen los presidentes de EEUU o Francia en la UE. La exportación española de frutas y hortalizas a EEUU durante los primeros diez meses (enero a octubre) del pasado año 2024 alcanzó casi las 26.000 toneladas pero han retrocedido un 4% en volumen y un 13% en valor entre enero y octubre de 2024, ocupando el número 20 en mercados, destacando el ajo, la cebolla, y los cítricos aunque con una cierta tendencia decreciente con respecto al año 2020, exportaciones que deben cumplir fuertes barreras fitosanitarias cuyos protocolos deben ser negociados entra la administración norteamericana y cada Estado miembro de la UE.
No creo que las amenazas comerciales de Trump y las órdenes ejecutivas que le hemos visto firmar, afecten de modo singular a las exportaciones de la UE y a las nuestras en particular, pero su entelequica y retorcida frase que todos oímos sobre los BRICs, podrían encerrar una cierta amenaza más dirigida quizás al sector del automóvil o a los productos alimentarios. De hecho ya ha comenzado gravando un 25% las importaciones procedentes de la UE de acero y aluminio.
A España le conviene mantener una postura de amistad y buenas relaciones políticas con EEUU. Estar enfrente no nos llevará a buen puerto de destino.
Nuestro Gobierno debe cuidar hoy más que nunca ese cuadro de relaciones personales e institucionales. Nuestra economía, y en particular nuestra economía agroalimentaria, así lo exige. Y como ha afirmado reciente y acertadamente el ministro Luis Planas “Los alimentos no pueden formar parte de ninguna guerra comercial”. Confiemos en que esta senda sea cada vez más abierta y amistosa.
Pero no olvidemos que Trump es ya el nuevo “Napoleón del proteccionismo” pues así fue como se llamó al 25 presidente McKinley (1897-1901) “de muy mal recuerdo para España”, que además de incrementar un 50% sus aranceles también se caracterizó por sus aspiraciones anexionistas.
Un cordial saludo