El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, anunció el pasado 27 de mayo a última hora de la tarde que su Gobierno prorrogará un año y medio más, hasta finales de 2017, el embargo de los alimentos perecederos (lácteos, pescado, frutas y hortalizas y carnes de porcino y vacuno), de la Unión Europea, Las organizaciones agrarias españolas reaccionaron y reclamaron a la UE más esfuerzos para acabar de una vez con este veto comercial.
Rusia anuncia que prorrogará el veto comercial agroalimentario a la UE hasta finales de 2017
La decisión parece ser definitiva, a pesar de que los Veintiocho todavía no se han pronunciado sobre si van a prorrogar o no las sanciones adoptadas contra Rusia por su papel en la crisis de Ucrania, que expiran el próximo 31 de junio.
Todo indica que pese a la oposición más o menos clara de algunos países europeos, entre ellos Hungría, Grecia e Italia, la Unión mantendrá las sanciones, al considerar que Moscú no se esfuerza por cumplir los Acuerdos de Minsk para solucionar la crisis ucraniana.
No obstante, la lista de productos europeos prohibidos a la importación -frutas y verduras, carnes y pescados, y lácteos- no se ampliará, según aseguró el ministro de Agricultura ruso, Alexandr Tkachiov.
Además, la prorroga del embargo, anunciada en una reunión entre Medvédev y la Unión de Industriales y Empresarios de Rusia, fue aceptada con optimismo por las patronales del sector agroalimentario, que dispondrán de más ánimo para seguir elevando las producciones propias a buenos precios.
Al respecto, agricultores y ganaderos rusos aprovecharon las contra-sanciones- en vigor desde agosto de 2014 y extensibles también a Estados Unidos, Canadá, Australia, Noruega y Japón-, para ocupar cuotas de mercado que estaban en manos de compañías occidentales.
Mientras tanto, la UE-28 tiene previsto abordar en junio las sanciones económicas contra Rusia, antes de que expiren el 31 de ese mes, pero el precedente anunciado por Medvédev no hace presagiar buenas noticias.
Como es conocido, el Consejo Europeo vinculó en marzo de 2015 la duración de las medidas restrictivas a Moscú con la plena implementación de los acuerdos de Minsk entre Kiev y los rebeldes pro-rusos, que incluyen un alto el fuego, la retirada del armamento pesado o la devolución de la gestión de la frontera este a las autoridades ucranianas. Aspectos totalmente ajenos al sector agroalimentario de la Unión Europea, que es rehén político de una situación no creada.
Gestión diplomática
Por su parte, las organizaciones agrarias Asaja, COAG y UPA solicitaron a las instituciones de la UE que aumenten sus esfuerzos y sus gestiones diplomáticas para que Rusia ponga fin al veto impuesto contra los productos alimentarios comunitarios.
Tal y como recoge la agencia EFEAgro, los representantes del sector agrario han reaccionaron de forma muy crítica al anuncio del primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, de la intención de prorrogar hasta finales de 2017 el embargo que aplica Moscú contra los alimentos perecederos de la UE.
Así, el director de Relaciones Internacionales de ASAJA, Ignacio López, señaló que el agricultor o ganadero sufre una vez más decisiones políticas «de las que no tiene culpa», por lo que espera que las autoridades de la UE «presionen» para que se termine ese boicot. También defendió la importancia de apoyar la búsqueda de nuevos mercados, ante el temor de que Rusia sea un destino «irrecuperable» para los envíos españoles.
López afirmó que el veto comercial ruso, iniciado hace casi dos años (2014), ha sacado a los productos españoles del mercado ruso y que otros países como Marruecos, se han aprovechado para «ocupar» ese hueco y consolidar su presencia allí en sectores como frutas y hortalizas.
También el responsable del sector de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, explicó que estas producciones no han conseguido encontrar alternativas suficientes al cierre del mercado ruso y, además, añadió, el comercio dentro de la UE se ha visto «forzado», como consecuencia del incremento de oferta, con crisis de precios.
Góngora afirmó que las medidas emprendidas por la UE para compensar a los agricultores por las pérdidas han sido «infructuosas» y no han valido para estabilizar los mercados.
Igualmente, el responsable sectorial de porcino de COAG, Jaume Bernis, calificó de negativas las últimas noticias de Rusia, porque «sigue cerrada una puerta» a las exportaciones, pese a que este sector ganadero trata poco a poco de abrirse camino en otros destinos, como China o Japón.
Por su parte, la organización agraria UPA manifestó en un comunicado que “no se extraña de la decisión de Moscú, porque nadie ha hecho nada por solucionar el embargo, así que estamos en manos de Rusia y de su política de castigo absurdo e injusto al sector agroalimentario».
De hecho, el secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, ha pedido en una reunión de agricultores europeos, en Amsterdam, hacer un «frente común» para exigir a las instituciones comunitarias que comiencen un diálogo diplomático al más alto nivel, con el único objetivo de recuperar este mercado tercero tan «importante para el sector agroalimentario comunitario
Frutas y hortalizas
Por su parte, el director de la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (Fepex), José María Pozancos, consideró una «muy mala noticia» la nueva prórroga -hasta finales de 2017- del embargo ruso a los productos agroalimentarios europeos.
Según indicó, el sector tiene «mucha preocupación», porque desde que comenzó el embargo -en agosto de 2014- «hemos asistido» a una «saturación» de los mercados hortofrutícolas comunitarios, que «no se ha resuelto con las medidas adoptadas por la Comisión Europea». Una «presión de la oferta» que «afecta muy negativamente a la rentabilidad de las producciones» dentro de la UE.
Aunque Fepex ya había previsto una posible prórroga del embargo, sí le ha sorprendido que se prolongue hasta finales de 2017. A su juicio, se asiste a un proceso en el que «se está considerando normal» el veto «y no se adoptan medidas excepcionales y suficientes» para afrontarlo.
A pesar de todo,añadió Pozancos, está esperanzado en que la negociación política pueda finalmente conseguir el levantamiento del embargo antes de final de 2017.
Vacuno y porcino
A nivel sectorial, el director gerente de la Asociación de Productores del Vacuno de Carne (Asoprovac), Javier López, expresó el malestar del sector por la nueva prórroga -hasta finales de 2017- del embargo ruso a los productos agroalimentarios europeos, aunque también admitió que no le sorprende.
López mostró el «enfado» de este sector con los dirigentes políticos comunitarios al no solucionar un problema generado, en su opinión, «por motivaciones puramente políticas».
Añadió que el sector agrario ha dejado de tener un mercado económicamente interesante «por un tema puramente político» y «nadie ha asumido ningún tipo de responsabilidad». A su juicio, la Comisión Europea se tenía que «haber ‘puesto las pilas’ hace ya algún tiempo».
Por su parte, desde la Asociación de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), su director, Miguel Ángel Higuera, apuntó que la prórroga del embargo ruso hasta finales de 2017 es «difícil de asimilar» porque estábamos esperanzados de que el veto, motivado por asuntos políticos, en el que somos damnificados, se levantase este año.
En este sector «siempre» está la esperanza de que el conflicto político se solucione y, con ello, poder retomar lo antes posible las relaciones comerciales con Rusia; algo «de lo que estaríamos encantados», añadió Higuera, subrayando que si la solución al embargo estuviese en «sus manos», estarían «intentando solucionarlo».