El sector citrícola hispano-franco-italiano pide medidas compensatorias a la UE por el acuerdo con Sudáfrica
El llamado Grupo de Contacto de Cítricos Hispano-Franco-Italiano, reunido en Valencia el viernes 4 de noviembre, acordó reclamar a la Comisión Europea (CE) la futura puesta en marcha de algún tipo de medidas compensatorias que contribuyan a paliar los negativos efectos que va a tener el reciente acuerdo pactado entre la UE y la Asociación de Estados del Sur de África.
Durante esta cumbre citrícola, los representantes de las entidades agrarias italianas, francesas y españolas, decidieron también solicitar a la CE que elabore un estudio sobre el impacto que dicho acuerdo, y más concretamente las importantes concesiones en materia citrícola de las que va a beneficiarse Sudáfrica a la hora de introducir sus cítricos en el mercado comunitario, tendrá sobre el conjunto de la citricultura europea. Asimismo, lamentaron que ese estudio de impacto no se haya realizado ni presentado antes de alcanzar el acuerdo.
Entre esas posibles compensaciones que la UE debería poner en marcha figura la posibilidad de establecer contingentes a las importaciones de agrios procedentes de Sudáfrica en aquellos momentos de la campaña cuya presencia coincidente en los mercados comunitarios con las producciones citrícolas europeas pueda distorsionar el normal desarrollo de la temporada al impulsar los precios a la baja.
Otro de los asuntos relevantes abordados durante este encuentro, y que preocupa especialmente al sector citrícola europeo, son las notorias insuficiencias que muestra la UE a la hora de controlar la posible entrada de plagas y enfermedades en los cargamentos de cítricos importados de terceros países.
En ese sentido, los representantes del Grupo de Contacto de Cítricos Hispano-Franco-Italiano subrayaron que las últimas modificaciones reglamentarias, lejos de contribuir a solucionar el problema, lo agravan todavía un poco más, en la medida en que establecen diferentes sistemas de vigilancia para los envíos de cítricos foráneos en función de si su destino final es el mercado en fresco o, por el contrario, la industria de transformación.
En este último caso, las inspecciones son más livianas, lo cual propiciará un falseamiento sobre el número final de detecciones de plagas y enfermedades en las importaciones de terceros países y el riesgo de que producto destinado a la industria acabe en el mercado en fresco.
Ahora mismo, la preservación de la sanidad vegetal en la citricultura europea constituye una de las preocupaciones centrales del sector, puesto que en esos cargamentos importados se detecta, con excesiva frecuencia y sin que la UE aborde el problema con la seriedad que merece, la presencia de plagas y enfermedades devastadoras que no están presentes todavía en Europa, pero que si llegasen a entrar, a través de estos cargamentos contaminados, provocarían una catástrofe de consecuencias irreparables.