¿Será capaz el ministro Zoido de poner puertas al campo…para evitar los robos?
El ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, destacó en su comparecencia en el Pleno del Senado el miércoles 22 de marzo, el descenso en los índices de criminalidad en el campo, si bien pidió a los agricultores y ganaderos que adopten medidas básicas de autoprotección para prevenir y evitar los robos en sus explotaciones, es decir, responsabilizándoles en parte o indirectamente por no tomar más precauciones para frenar estos robos.
En su respuesta al senador socialista, Antonio Gavira, sobre las medidas que piensa adoptar el Gobierno para afrontar el incremento de los robos en el campo y de las organizaciones criminales que están detrás de tales delitos, el ministro afirmó que no solo no se ha producido un aumento, sino que se han reducido de forma paulatina desde 2013, gracias al plan estratégico del Gobierno, liderado por los Equipos ROCA de la Guardia Civil.
La dispersión geográfica, el aislamiento y la falta de medidas de protección de las explotaciones agroganaderas son para el ministro causas de estos robos. Según datos de la Guardia Civil, desde 2013 a 2016 se gestionaron más de 11.893 casos delictivos y se ha practicado hasta 5.604 detenciones, mejorando la seguridad en aquellas CC.AA. más castigadas, como Castilla-La Mancha, Castilla y León y Andalucía.
Ignacio Zoido insistió en que los agricultores y ganaderos deben establecer medidas básicas de autoprotección e incidir en aquellos aspectos o indicios que puedan levantar sospechas, asegurando también que la intención del Gobierno es dotar de más medios humanos y materiales a los Equipos ROCA, pero sin entrar en más detalles al respecto.
En cambio, para el senador del Grupo Socialista, Antonio Gavira, las estadísticas oficiales no reflejan la realidad que vive el campo, donde existen auténticas bandas y organizaciones criminales que generan psicosis por la extrema violencia con la que actúan. Pese a reconocer la labor desempeñada por los Equipos ROCA de la Guardia Civil, Gavira afirmó que estos no han sido suficientemente efectivos, debido a la falta de agentes, lo que se ha traducido también en un incremento de los robos en el campo.
Rectificación
Por su parte, la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha pedido al ministro del Interior que rectifique sus palabras de culpar de los robos en el campo a los agricultores, lo que ha causado una profunda indignación en este colectivo, o que dimita.
Para esta organización agraria, el máximo responsable de la seguridad en España no puede incurrir en unas “declaraciones tan graves, que muestran una profunda ignorancia y un total desprecio a la situación de inseguridad que sufren los agricultores y ganaderos en toda España”.
UPA considera que el titular de Interior incurre en un grave error, fruto del desconocimiento del problema o de la mala fe. “No somos ciudadanos de segunda, a los que se nos pueda culpar de una lacra tan grave como los robos en el campo”, aseguró esta organización agraria, que considera que si el ministro hubiese hecho estas declaraciones sobre la seguridad en las ciudades, “el revuelo habría sido enorme”. Sin embargo, como se refiere al campo, parece que no tiene importancia.
UPA recuerda a Zoido que el problema de los robos en el campo sigue “muy vigente” y que es un fenómeno que se va desplazando, en función de las campañas. Siguen existiendo bandas organizadas que causan un gran daño y una sensación de miedo e inseguridad en los productores, y han puesto el ejemplo de Huelva, donde coincidiendo con la campaña de fresa los robos se han disparado.
“El ministro del Interior ignora que ya nos autoprotegemos, y mucho”, explican desde UPA. En el caso de Huelva los agricultores han llegado a establecer turnos de vigilancia y patrullas para evitar robos.
UPA ha vuelto a pedir un refuerzo de los grupos ROCA de la Guardia Civil, y que éstos trabajen de forma coordinada con las organizaciones agrarias, para desplazarse allí donde repuntan los robos, coincidiendo con las campañas de recogida.
Además, considera que se debe reforzar el control y las inspecciones a los puntos de venta de las mercancías robadas, pues los que roban lo hacen para vender el producto, no precisamente para alimentarse