La tensión geopolítica entre Rusia y Ucrania, con el apoyo de la OTAN, de EE.UU. y de la UE al Gobierno ucranio están llevando a una fuerte volatilidad en el mercado internacional de cereales y de otras materias primas (gas, petróleo, oleaginosas…), dado que los dos países ribereños del Mar Negro enfrentados son importantes abastecedores de grano. En el caso de Rusia, de trigo blando forrajero y en el caso de Ucrania, sobre todo de maíz, en menor medida de trigo, pero también de oleaginosas (aceite de girasol).
Tensión y volatilidad en los mercados internacionales de trigo y maíz por el conflicto geopolítico entre Rusia y Ucrania
Durante esta última semana se han producido fuertes oscilaciones al alza y a la baja de las cotizaciones del cereal en los principales mercados del mundo (Chicago norteamericano, Matiff francés, Euronext…), en función de los acontecimientos. Una situación que no se resolverá hasta que no se resolverá hasta que no queden por completo estabilizados los acontecimientos.
Los operadores del comercio internacional temen que un conflicto armado en la región del Mar Negro pueda suponer una interrupción de los suministros de cereales, con lo que lo que la oferta disponible en los mercados podría caer, a la vez que elevar aún más los precios del trigo y el maíz. Pero también se piensa -o no se descarta- que un hecho tan deplorable podría conducir a una contracción de la economía mundial y de la demanda y, por el contrario, hacer que los precios del grano, entre otras materias primas, se resientan.
En cualquier caso, las tensiones que se viven a lo largo de la frontera entre Ucrania y Rusia y la amenaza de guerra entre los dos principales proveedores mundiales de trigo, maíz y aceite de girasol, han impulsado por el momento los precios de los futuros de estos productos, aunque en el contado parece mantenerse la prudencia y el impacto no ha sido importante.
Por ahora, el comercio de grano en la región continúa en mayor o menor medida, aunque la preocupación y el riesgo entre los operadores sobre los niveles de oferta y de precios está ahí, ante la incertidumbre sobre cómo evolucionará la situación. Las divisas de ambos países, el hryvnia ucraniano y el rublo ruso han bajado en los mercados, debido a la posibilidad latente del conflicto armado, lo que ha hecho también que los precios internos del grano de ambos países estén sufriendo cierta devaluación, a pesar de que los intercambios se realicen mayormente en dólares o euros.
Incluso hay operadores comerciales dispuestos a pagar más por la oferta, por ejemplo, de maíz rumano para asegurarse la mercancía de orígenes que se lo garanticen, que intentar realizar esas compras de suministro incierto en el avispero ruso-ucraniano, a pesar de que desde los puertos del Mar Negro se exporta casi el 29% de toda la oferta exterior de trigo.
El papel exportador de Ucrania
Ucrania, que representa el 14% de las exportaciones mundiales de trigo y maíz (es el 5º exportador mundial de trigo, el 4º en maíz y el primero en aceite de girasol), ha mantenido en enero un ritmo constante de exportaciones de maíz, cumpliendo con los contratos ya acordados, pese a esta creciente tensión geopolítica.
Hasta el pasado 21 y en lo que va de año las ventas al exterior de este cereal alcanzaron los 13,7 millones de toneladas, con un aumento de 2,66 millones respecto a un año antes y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estima que podría llegar a exportar 19,8 Mt de maíz hasta el 30 de junio, fin de la campaña 2021/22.
En el caso del trigo, Ucrania acumula unas exportaciones hasta esa fecha de 16,57 Mt, frente a los 12,85 millones del año anterior, como consecuencia de una producción récord, y el USDA estima que podrían alcanzar 24,2 millones en la actual campaña.
Ucrania es un exportador de grano clave en el panorama internacional, por lo que un conflicto armado con Rusia interrumpiría sus exportaciones y crearía mucha tensión sobre la seguridad alimentaria mundial. Hasta el pasado año, este país fue el primer proveedor de maíz a China, el principal importador, pero también de España, que es principal demandante de este grano de la Unión Europea para abastecer a su sector ganadero.
La preocupación por la seguridad alimentaria es mayor en Oriente Medio y el Norte de África, que dependen en gran parte de las exportaciones de este país del Este de Europa, por lo que hipotéticas interrupciones en ese comercio, si son importantes y se mantienen en el tiempo, podrían conllevar consecuencias dramáticas para algunos países.
En el caso de Rusia, las exportaciones totales de trigo al mercado internacional desde el pasado mes de julio ascienden a unos 23 Mt, frente a las casi 29,1 millones de un año antes, a causa también del impuesto flotante aplicado a estas ventas al exterior para asegurarse el abastecimiento interno.
En el caso de la cebada, sus ventas alcanzaron 2,72 Mt, frente a los 4,06 millones de un año antes. En total, las exportaciones rusas de cereales desde el principio de la campaña 2021/22 se elevan a 27,3 Mt, frente a los 34, 56 millones del pasado año por estas fechas.
España y la UE
En lo que llevamos de campaña 2021/22, España ha importado de países terceros un total de 4,24 Mt de cereales (+2,3% respecto a un año antes), lo que supone un 35% del total (12,12 Mt) de toda la UE-27. De este volumen, cerca de un 87% corresponde a maíz (casi 3,67 Mt); otro 7,6% a trigo blando (322.426 t); un 2,5% a cebada (104.898 t), etcétera.
Desde 2014, más de la mitad (50,9%) del maíz importado por España procede de Ucrania y un 32,4% de Brasil, con participaciones menores de Canadá (5,2%); EE.UU. (4,5%); Rusia (0,6%) o Argentina (0,5%).
En la UE-27, casi un 41% de todo el trigo blando importado en lo que llevamos de campaña, procede de los países en conflicto: Rusia (352.927 t, un 22%) y Ucrania (287.267 t, un 18,9%); en maíz, Ucrania concentra un 47% del total, con 4,17 Mt, buena parte del mismo con destino a nuestro país y a Portugal, seguido de Brasil (casi 3,23 Mt, un 36,4%) y Canadá (529.104 t, casi un 6% del total), y en cebada el principal proveedor es Reino Unido (442.839 t, un 84,4%) y, en menor medida, Ucrania (51.922 t, un 9,9%).
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