Actualmente se consideran tractores de alta potencia los tractores con potencias superiores a 200 CV.
Mariano Vidal, Sergio Artero y F. Javier García-Ramos.
Escuela Politécnica Superior. Universidad Zaragoza. Campus Huesca.
Mariano Vidal, Sergio Artero y F. Javier García-Ramos.
Escuela Politécnica Superior. Universidad Zaragoza. Campus Huesca.
Los tractores de gran potencia son adquiridos por grandes explotaciones o por empresas de servicios para ser utilizados un elevado número de horas al año, principalmente en labores de preparación del terreno. Los últimos datos de mercado indican que el sector se dirige hacia una disminución en el número de unidades incorporadas a la actividad agraria pero cada vez más potentes.
La búsqueda del mantenimiento o mejora de rentabilidades en las explotaciones agrarias de cultivos extensivos ha propiciado a lo largo de la historia que estas dispongan de un mayor número de hectáreas a trabajar. Ello ha supuesto la necesidad de máquinas y equipos de mayor capacidad, lo que se traduce en aperos con mayores anchuras de trabajo y por lo tanto en crecientes demandas de potencia.
Así, los fabricantes ofertan diferentes series de tractores basadas en su potencia. En sus propias clasificaciones utilizan los términos de baja potencia, media potencia y alta potencia, existiendo solapes entre las diferentes categorías. Lo que hace unos años se conocía como tractor de gran potencia, ha ido evolucionando de modo que actualmente la frontera a partir de la cual se utiliza esta denominación de forma habitual se sitúa en torno a los 150 kW de potencia (200 CV aproximadamente).
Los datos de inscripción de tractores en el Registro Oficial de Maquinaria Agrícola (ROMA) en el año 2023 fueron de 8.667 unidades, un 14,84% menor que en la anualidad anterior. La potencia media de este parque de tractores en 2023 fue de 91,6 kW (125 CV) frente a 87,4 kW en 2021, con un precio medio de 849 €/kW en los tractores de doble tracción (710 €/ kW en 2021). Estos datos desde 2021 confirman que el mercado se dirige hacia una disminución en el número de unidades incorporadas a la actividad agraria pero cada vez más potentes.
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