El cierre del canal Horeca (Hostelería, restauración, cafeterías) está poniendo ya en serias dificultades a parte de la ganadería española.
Covid-19: el cierre del canal Horeca pone en serias dificultades a parte de la ganadería
Así, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) se hace un llamamiento por la ganadería y explica que el cambio radical que está asumiendo la sociedad en sus usos y costumbres por el coronavirus está provocando ya enormes pérdidas a numerosos ganaderos, sobre todo, de ovino-caprino y porcino.
La relación estrecha que tienen ciertos sectores ganaderos en España con la hostelería se está viendo afectada por la situación del coronavirus. Muchos ganaderos especializados en productos para la restauración están registrando cancelaciones en todos sus pedidos. Según UPA, los daños ya se están sintiendo, sobre todo en los sectores del ovino-caprino y del porcino.
Y es que la restauración es el principal destino de lechazos y de cochinillos, productos que no se suelen cocinar en casa. Desde esta organización han animado a los consumidores a adquirir estos productos y prepararlos en sus domicilios, en el marco de una dieta saludable y equilibrada, más necesaria que nunca en estos días de cuarentena.
Otros sectores ganaderos, como el de los huevos camperos o como el lácteo, tanto de vacuno como de ovino y caprino, han mostrado también su profunda preocupación «porque, con la ausencia de turismo, muchas pequeñas queserías están disminuyendo sus pedidos. » Tememos que esto provoque problemas con la recogida de la leche a los ganaderos», expresaron desde esta organización agraria.
UPA ha lanzado un llamamiento a los consumidores, para que piensen que con sus decisiones de compra contribuyen al mantenimiento de sectores enteros, de puestos de trabajo y de zonas rurales –muchas de ellas en la llamada España vaciada- que si se quedan sin consumo pueden irse a la ruina. “Es el momento para apostar por el origen España, que es el que garantiza la mayor calidad y la mayor seguridad”, señalaron.
Igualmente, UPA se ha puesto a disposición de todos los ganaderos para canalizar sus problemáticas y, en su caso, solicitar las ayudas que el Gobierno está articulando en el Real Decreto de medidas para paliar los efectos del COVID-19.
Caída de la demanda
Por su parte, Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos considera también que van a empezar a surgir problemas en aquellos subsectores productivos, orientados fundamentalmente al canal HORECA – hostelería, restauración y cafetería – por la caída de la demanda de la restauración ante el cierre y paralización ante el coronavirus.
Al respecto, señala que, ante esta situación, será necesario un seguimiento de la evolución de este mercado para solicitar a la UE medidas de regulación, promocionar estos productos para recuperar el consumo, buscar canales de comercialización alternativos y establecer ayudas.
El confinamiento de la población, que interrumpe las celebraciones familiares, la suspensión de eventos festivos, el parón turístico y el cierre de sector de restauración, ha provocado una caída de la demanda de determinados subsectores especializados en atender este tipo de consumo.
El cultivo de flores está siendo, de momento, uno de los más afectados por el aplazamiento de las Fallas, pero también están empezando a notar ya las consecuencias de la crisis del coronavirus, los ganaderos de toda España, pero particularmente de algunas zonas como Castilla y León, que se dedican a proveer productos como cochinillo, cabritos y lechazo.
En este sentido, destinar estos animales al cebo para reintroducirlos en los canales normales de producción de carne es complicado, tanto por problemas técnicos como por que el suministro de animales para cebo está contratado y cerrado con bastante anterioridad, añade esta organización agraria
“La situación ya es difícil, y lo será más si es necesario prolongar el estado de alarma” expresa un ganadero de esta organización, especializado en la venta de cochinillos, que recuerda, además, que el sector porcino es una ganadería que no tiene la cobertura de las ayudas PAC.
“Hay productores que abastecen casi en exclusiva a determinadas cadenas de restauración y que se han encontrado sin salida para sus productos de la noche a la mañana”, añade.
La organización cree que si la situación de alarma se prolonga o si las medidas se endurecen como, por ejemplo, decretando el cierre de instalaciones hoteleras; se puede perder mucho empleo, también en el sector agrario.
“A muchos, por desgracia, les va a afectar muy duramente esta crisis… a los agricultores y ganaderos se nos acumula a ésta la que ya veníamos sufriendo de mucho antes” subrayan desde la organización, recordando las multitudinarias protestas demandando precios dignos. “Lo que pedimos es que ahora no se nos olvide, como antes, en el conjunto de medidas que está tomando y va a tomar el Gobierno”.
En los sectores concretos en donde ya se está apreciando una curva descendente de la tendencia, Unión de Uniones considera que se debería hacer un seguimiento de su evolución para argumentar la petición a Bruselas de acciones para reequilibrar el mercado.
Asimismo, piensa que sería conveniente realizar campañas de promoción para recuperar el consumo a través del hogar y no descartar ayudas de mínimis para ayudar a estas explotaciones a superar el período hasta la apertura de sus canales de comercialización habituales.
Problemas de mercado
Por otro lado, desde ASAJA de Castilla y León se ha pedido a la Consejería de Agricultura que interceda a favor de los subsectores y producciones agroganaderas que, a medida que se prolongue el estado de alarma decretado por el COVID-19, pueden tener problemas para encontrar mercados.
Ya en estos días, los primeros damnificados son dos productos muy ligados a la restauración, como son el lechazo y el cochinillo.
En lo que respecta al sector ganadero de ovino de carne, ya se está detectando un hundimiento de la demanda de lechazos por parte de los intermediarios, que no quieren cerrar operaciones al estar paralizado su canal principal de venta, la hostelería, y también por la imposibilidad de que haya celebraciones familiares o de otro tipo, para respetar las medidas de cuarentena, según esta organización agraria.
ASAJA solicita a la Consejería que se potencie la salida del producto al único canal que ahora está abierto, el de la distribución, ampliando la oferta de lechazos y otros cortes de cordero interesantes para los consumidores.
“Es justo en esta época cuando está más barato, y además siendo de nuestra tierra ofrece las máxima garantías de sabor y calidad”, subraya ASAJA.
También apunta otras posibilidades, como que se amplíe en lo posible el consumo en comedores y otros servicios sociales y sanitarios, cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado, etcétera.
El objetivo de estas medidas tiene que ser dar salida a la oferta actual de lechazo, porque por motivos climáticos la paridera de las ovejas se concentra fuertemente en estas semanas.
“Para los ganaderos, no vender a su tiempo los lechazos supone un coste inasumible de alimentación, y además cuanto más grandes se pagan peor en el mercado”, señala esta OPA.
Hay que recordar la importancia económica y también social del sector ganadero de ovino, con explotaciones muy repartidas por todo el territorio, que sobreviven con márgenes muy ajustados y para las que resulta inasumible afrontar las enormes pérdidas que ya se están empezando a producir.
El lechazo lleva meses, ya años, a unos precios muy bajos, y es justo por estas fechas, en torno a la Semana Santa, cuando tradicionalmente las cotizaciones suben un poco, algo que este año impide la actual crisis sanitaria y económica, añade ASAJA.
También los cochinillos
El desastre que está ocasionando el cierre total de la hostelería por la crisis sanitaria del COVID-19 está ya repercutiendo gravemente en las explotaciones ganaderas especializadas en la producción de cochinillos, ubicadas muy principalmente en las provincias de Segovia y Ávila, aunque también presentes en el resto del territorio.
Según ASAJA, explotaciones que por su estructura y tamaño difícilmente pueden dar continuidad a la cría de los animales mediante el cebo, además de que en no pocos casos son explotaciones que tienen protegida la calidad de sus producciones mediante marcas de garantía.
La única salida, en la situación actual, que tiene la importante producción de cochinillos que ahora no se consumen, no es otra que la congelación y almacenamiento, con el sobregasto que conlleva esta arriesgada práctica en la actualidad y la incertidumbre de los tiempos que corren.
Por ello, desde ASAJA se demanda a las Administraciones que se estudien con urgencia posibles soluciones, como apoyo al almacenamiento, para una producción que prácticamente en su totalidad no tiene hoy por hoy salida al mercado.