Miguel Flavian.
Veganuary, el mes de las plantas
Miguel Flavian.
Los lemas calan, y se está poniendo de moda tomar un nombre habitual, y con un ligero cambio convertirlo en un lema de una campaña. En el Reino Unido nos pasa con cierta frecuencia: seguramente habrán oído hablar de Movember, el mes de noviembre ahora es el mes de los mostachos por una buena causa. Y el mes de enero lleva visos de cambiar también, si cala en la sociedad el “Veganuary”, que combina Vegan y January (Vegano y Enero) y trata de convencernos en un momento de debilidad (el de los buenos propósitos después de año nuevo) de dejar de comer carne y lácteos por un mes, y que todos nuestros alimentos vengan de plantas.
Lejos de valorar si las dietas vegetarianas son o no saludables, o si hacer cambios tan bruscos también es algo recomendable, lo cierto es que el mensaje de comer menos carne y más plantas está calando en la sociedad de los países desarrollados. En general en el mundo, si miramos los datos de la FAO, el consumo de carne sigue creciendo gracias al aumento de la población, a la urbanización y al crecimiento de las clases medias en los países en vías de desarrollo. Pero la escena en los países como el nuestro y el resto de los europeos es distinta, donde nos enfrentamos a consumos que a la larga parecen tender a no crecer e incluso a disminuir.
En el Reino Unido la tendencia es muy clara, y los productos basados en plantas cada vez tienen más presencia en los lineales, las revistas de cocina, las redes sociales y los medios de comunicación. Incluso un paseo por un supermercado nos permite ver como se ha transformado el lineal de la leche, antes dominado por la leche propiamente dicha, ahora compartiendo espacio con las llamadas leches de soja, avena, almendra, y los productos que vendrán. O los propios platos preparados, antes el mundo de “una porción de carne y dos de vegetales” y que ahora tienen su representación de productos hechos a partir de proteínas de hongos o de legumbres.
Un 35% de los consumidores ya se declaran flexitarianos, que aunque sean consumidores de carne, son personas que limitan su consumo y dan preferencia a las frutas y verduras (y según GfK, en Alemania ya suponen un 30%). Si unimos a esto las personas que no consumen carne, ya alcanzamos prácticamente la mitad de la población británica. Los motivos para dejar de consumir carne, según una encuesta de la agencia Natcen, son la salud (en más de la mitad de los casos), seguidos por motivos económicos y de bienestar animal. Las opciones “vegetales” están creciendo, con cada vez mayor oferta y productos más versátiles, capaces de satisfacer a los consumidores, y que incluso los desarrollan las propias empresas cárnicas.
Lo que hasta hace poco era un nicho más o menos pequeño, se está convirtiendo poco a poco en algo normal. Una preocupación para el sector de la carne (que si bien es una oportunidad para vender carne de mayor calidad y valor a los flexitarianos, también es una pérdida de consumidores en el largo plazo), pero también para el sector en general, porque habrá que compensar el valor que no se materializa con la venta de productos cárnicos con el de otros para seguir creciendo.