La directora de Salud Pública de la OMS, María Neira, reivindicó hoy, en el marco de la primera jornada del 18º Congreso AECOC de Seguridad Alimentaria y Calidad, el “papel esencial de la industria alimentaria” durante la crisis de la Covid-19 a la hora de suministrar alimentos a toda la población garantizando la seguridad.
XVIII Congreso AECOC: hay que conjungar la salud humana, ambiental y animal
Asimismo, Neira apuntó a los riesgos emergentes que podrían volver a provocar crisis globales en los próximos años, como el acceso mundial al agua potable, el efecto de los combustibles fósiles sobre la salud, la contaminación generada en los núcleos urbanos superpoblados, la falta de control sobre la comercialización y consumo de fauna salvaje, el sistema de producción de alimentos y, sobre todo, el cambio climático.
La portavoz de la OMS apuntó a que el sector debe tomar responsabilidades para minimizar el impacto de riesgos emergentes. “La producción de alimentos saludables y sostenibles debe ser un pilar fundamental para evitar que volvamos a tener crisis como la actual, ya sea de origen epidemiológico o por los efectos del cambio climático”, y aseguró que la pandemia ha reforzado los sistemas reactivos para responder a situaciones similares, pero considera que también se deben abordar las causas para minimizar los riesgos. En este caso, destacó la necesidad de conjugar la salud humana, ambiental y animal.
“En el cuidado del medioambiente y de los ecosistemas está lo básico en lo que respecta a nuestra salud: lo que respiramos y consumimos. Hemos contaminado todo lo que hemos tocado y debemos iniciar una relación mucho más amistosa con el medioambiente”, remarcó.
Sobre el papel del sector alimentario en esta lucha contra el cambio climático, Neira incidió en la importancia de la próxima conferencia de la COP, que este año se celebrará en Glasgow, y donde la alimentación tendrá un papel protagonista. “En la próxima COP se tomarán medidas mucho más relevantes de las tomadas hasta ahora y la alimentación debe proponerse que, una vez garantizada la distribución y la seguridad alimentaria, debe ser una barrera contra la contaminación”.
En cuanto a la evolución de la pandemia, la portavoz de la OMS remarcó que se llevan seis semanas con el número de contagios globales a la baja y auguró que el 2021 nos acercará a la normalización de la situación. Sin embargo, solicitó que en el futuro se miren más a las causas de la crisis para rebajar su impacto. “Si hemos sido capaces de alimentar a un planeta y llegar a Marte tenemos que poder combatir a este virus y a los que lleguen reduciendo la vulnerabilidad”.
En la inauguración del congreso, el presidente del Comité AECOC de Seguridad Alimentaria y Calidad, José Manuel Avendaño, remarcó el compromiso del sector alimentario con el diseño de un sistema productivo que permita avanzar hacia un modelo seguro, sostenible y saludable. “La estrategia From Farm to Fork definirá el marco de actuación de los próximos años, con el objetivo de llegar al ideal de consumo saludable y sostenible”.
En este sentido, apuntó a la colaboración de empresas y administración a la hora de definir políticas y estrategias eficaces que permitan avanzar hacia modelos de mayor transparencia e impulso de modelos de alimentación saludables.
RIESGOS EMERGENTES, SEGÚN EL EREN
Por su parte, el representante en España de la Red Europea de Riesgos Emergentes (EREN), Juan José Badiola, cerró la primera jornada de este Congreso AECOC con un análisis sobre los principales riesgos emergentes que existen en la actualidad sobre la salud de las personas. El doctor en veterinaria explicó que, actualmente, el 60% de los patógenos humanos son de origen animal y que en esa transmisión entre especies se concentran los riesgos futuros. “Se prevé una expansión de enfermedades zoonóticas, que actualmente afectan a 300.000 personas de la UE al año”.
Además del actual coronavirus y de otras variedades de influenza, Badiola citó algunas de las fuentes de preocupación actuales, como la enfermedad del Nilo Occidental -presenten en aves, caballos y humanos y que tuvo un foco reciente en Sevilla-, la fiebre de Crimea-Congo -causada por garrapatas- o el virus Nipah, transmitido por murciélagos consumidores de fruta y que está presente en el sudeste asiático. “Estas enfermedades que afectan a varias especies tienen un gran potencial pandémico, y ya sabemos el impacto que esto tiene en la salud de las personas y en la economía”.
Badiola también apuntó a que la capacidad de expansión de la Covid-19 y de otros coronavirus tiene que ver con su “gran evolución adaptativa a través de mutaciones y combinaciones”.
Sobre la contención de este y otros riesgos, el portavoz de EREN señaló que “el problema más importante en la actualidad es el desarrollo de resistencia antimicrobiana, lo que podría repercutir en una carencia progresiva de antibióticos y otros medicamentos efectivos».
En su análisis sobre los orígenes de los riesgos emergentes, Badiola consideró que la globalización y la alta movilidad de animales y personas es la causa de la pandemia actual. También al incremento de enfermedades en plantas y animales provocadas por el cambio climático y a la evolución en los sistemas de producción de alimentos y en las tendencias de consumo.
En este sentido, expresó su preocupación por el aumento del consumo de alimentos crudos. “Se trata de una tendencia en aumento que conlleva un peligro, ya que sin un tratamiento térmico del producto puede haber riesgos para la salud”.