Si se mantiene el actual ritmo de emisiones de gases de efecto invernadero, la temperatura global aumentará 2,7 grados a finales de siglo con respecto a la media de la era preindustrial, según advierte hoy un nuevo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC).
El grupo de expertos IPCC vuelve a alertar sobre el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero
Este aumento, que conllevaría también mayores eventos climáticos extremos tales como sequías, inundaciones y olas de calor, estaría lejos del objetivo de menos de 2 grados fijado por el Acuerdo de París, que recomendaba limitar esa subida a 1,5 grados centígrados.
El nuevo informe de la principal institución que estudia el cambio climático, retrasado varios meses debido a la pandemia de la Covid-19, considera cinco escenarios, dependiendo del nivel de emisiones que se alcance.
Mantener la actual situación, en la que la temperatura global es como media 1,1 grados más alta que en el periodo preindustrial (1850-1900), no sería suficiente: los científicos prevén que con ello se alcanzaría un alza de 1,5 grados en 2040, de 2 grados en 2060 y de 2,7 en 2100.
En el escenario más pesimista, donde las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero se doblaran a mediados de siglo, el aumento podía alcanzar niveles catastróficos de alrededor de 4 grados en 2100, alerta el informe.
Cada grado de aumento podría suponer un 7% más de precipitaciones en el mundo, por lo que podría conllevar un aumento de tormentas, inundaciones y otros desastres naturales, advierte el IPCC.
Las olas de calor extremo, que en época preindustrial ocurrían aproximadamente una vez por década y actualmente ocurren 2,3 veces, podrían multiplicarse hasta 9,4 veces por década (casi una por año) en un escenario con 4 grados más de temperatura.
Por el contrario, en la hipótesis más óptima considerada por el informe, aquella en la que se alcance neutralidad de carbono (emisiones netas cero) a mitad de siglo, el aumento de temperatura sería de 1,5 grados en 2040, 1,6 grados en 2060 e incluso bajaría a 1,4 grados a final de siglo.
El estudio, elaborado por 234 autores de 66 países, reconoce que la reducción de emisiones no tendría efectos discernibles en la temperatura global hasta pasadas unas dos décadas, aunque los beneficios en la contaminación atmosférica se notarían antes, en cuestión de pocos años.
“Es tiempo de actuar y de hacerlo ya”, subrayó la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, tras conocerse el informe. Las nuevas aportaciones de la primera entrega del Sexto Informe de Evaluación “no dejan margen a la duda, ni caben paliativos. Las alteraciones del clima se suceden a un ritmo cada vez más acelerado y la evidencia científica nos empuja a los gobiernos y al conjunto de la sociedad mundial a acelerar el ritmo de transformación de nuestro modelo de desarrollo y de nuestro sistema económico para hacer frente a la gran amenaza que representa el cambio climático».
Esa transformación es inaplazable “y no podemos posponer la adopción de medidas correctoras no ya con el horizonte de 2050, sino ni siquiera el del 2030”, ha subrayado.