El sector agrario (sin pesca) debía a finales de 2018 un total de 20.380 millones de euros, un 1,5% más que al final del tercer trimestre de ese año y un 5,8% y 1.125 millones más que en el mismo periodo del año anterior, según los datos de la Central de Balances del Banco de España (BdE), recabados por el Ministerio de Agricultura.
El sector agrario aumentó su endeudamiento un 1,5%, hasta 20.380 M€, a finales de 2018
Por su parte, la industria de alimentación, bebidas y tabaco registró también un aumento de su endeudamiento, que quedó en 22.729 M€, con un alza del 2,9% en relación al final del tercer trimestre de 2018 y del 5,2% y de 1.133 millones respecto al mismo periodo del año anterior.
Esta evolución contrasta, sin embargo, con la del conjunto de las actividades económicas productivas de nuestro país, cuyo endeudamiento experimentó un descenso del 0,3% al final de 2018 en relación al final de tercer trimestre anterior, bajando también un 7,3% en relación con la deuda crediticia del cuarto trimestre de 2017. En cifras, fue de 584.316 millones de euros.
Según el MAPA, el nivel de endeudamiento del sector agrario equivale al 67,4% de la Renta Agraria Anual (30.217 M€, en la segunda estimación del año 2018), mientras que el de la industria agroalimentaria fue equivalente al 79,9% de su Valor Añadido Bruto (VAB).
El nivel de endeudamiento de estos sector se mantiene en un grado similar al del conjunto de la economía española, presentando una deuda relativa acorde con el peso económico de los mismos, según el MAPA. En el sector agrario, el saldo de esta deuda «viva» representó un 3,7% del conjunto de las actividades productivas y en el sector agroalimentario del 4,1%, una décima más en ambos casos que en el trimestre anterior, y un alza de 0,4% puntos porcentuales, respectivamente, en relación a lo que representaba a finales de 2017.
Menos dudosos
A la vez que aumentó el recurso al endeudamiento del sector agrario y agroalimentario, que puede ser indicativo tanto de que el sector están inmerso en un proceso inversor a medio y largo plazo importante en su actividad, como de las dificultades de liquidez que pueden estar pasando algunas actividades productivas a corto plazo, debido a una coyuntura problemática de comercialización por exceso de oferta y bajos precios, continuó reduciéndose la tasa de morosidad (créditos dudosos).
En el sector agrario, esta tasa bajó de un 7,5% del total de los préstamos «vivos» concedidos a esta actividad a finales de 2017 a un 6,2% a finales de 2018, afectando a 1.267 M€ prestados. La ecuación de menor morosidad y aumento de los créditos al sector parece, por tanto, en principio, positiva para esta actividad.
En el sector de la industria de alimentación, bebidas y tabaco, la tasa de créditos dudosos fue mucho más baja, del 4,8% a finales de 2018, frente al 6,4% un año antes, afectando a una cartera de 1.089 M€ de créditos «vivos«. Al igual que en el sector agrario, a la luz de estos datos, se debe más, al aumenta el volumen de préstamos, pero se devuelve mejor, al caer la tasa de los que son dudosos (incluidos morosos).
Este descenso de la tasa de morosidad fue, no obstante, general, puesto que para el conjunto de las actividades económicas productivas descendió durante este periodo en 3,5 puntos, desde 10,3% al 6,8% en este último año, elevándose a 37.393 M€, aunque si se excluye a los sectores inmobiliario y de la construcción, quedaría en el 5,8% y en 24.799 millones.