El cultivo de melocotonero en invernadero es de especial interés para las variedades tempranas, ya que permite acelerar el desarrollo y la maduración de los frutos y obtener así cosechas aún más precoces que pueden alcanzar elevados precios en el mercado. En el caso del cerezo permite además reducir uno de los principales problemas del cerezo, que es la pérdida de producción ocasionadas por el rajado de frutos, debido a las lluvias durante la maduración de los frutos. Bajo estas líneas se resume el material vegetal más utilizado, las estructuras, el manejo y técnicas de cultivo específicas requeridas y los resultados obtenidos de diversas experiencias.
Frutales de zonas templadas: melocotón y cerezo
Virginia Pinillos Villatoro. Universidad de Almería
Melocotonero (Prunus persica L.)
Interés y objetivos específicos
El melocotonero es un frutal de zonas templadas perteneciente a los frutales de hueso, que engloba a diferentes frutos comerciales como el melocotón, nectarina y paraguayo. En conjunto, es el primer fruto de hueso producido en España, que es la segunda productora a nivel mundial, solo por detrás de China, y primera exportadora, exportando más de la mitad de la producción, especialmente a la UE y Reino Unido.
Dentro del melocotonero en general existe una gran diversidad varietal, con numerosas variedades de requerimientos climáticos diferentes, lo que hace que el periodo de producción y el calendario de oferta sean muy extensos. En España la campaña se inicia en torno al mes de abril-mayo, en las regiones más precoces (sur y sureste) con la producción de variedades extratempranas, especialmente de nectarina y melocotón de carne blanda tipo americano, seguido de la producción de variedades de media estación y tardías, normalmente en zonas más frías, cuya oferta puede llegar hasta finales de verano. Las variedades tempranas y extratempranas, que se destinan en mayor medida a exportación, y por general alcanzan un mayor valor económico. La precocidad en estas variedades es fundamental en su precio.
El cultivo en invernadero en melocotonero es de especial interés para estas variedades tempranas, ya que permite acelerar el desarrollo y la maduración de los frutos y obtener así cosechas aún más precoces que pueden alcanzar elevados precios en el mercado. Esto se consigue gracias al aumento de temperatura en el invernadero, siempre y cuando la temperatura normal en el exterior sea subóptima para el desarrollo de los frutos, como ocurre con las variedades de floración temprana que cuajan sus frutos al inicio de la primavera. Asimismo, la mejora de las condiciones ambientales en el invernadero puede incrementar la productividad, y mejorar la calidad de la cosecha, ya que protege del viento, la lluvia y, en algunos casos, de plagas y enfermedades.
Material vegetal, estructuras, manejo y técnicas de cultivo.
En melocotonero la enorme diversidad varietal y la rápida aparición de nuevas variedades hace difícil nombrar específicamente variedades adaptadas al cultivo en invernadero, si bien, las variedades extratempranas de melocotón o nectarina, con reducidos requerimientos de horas-frío y que presenten un desarrollo rápido del fruto, son las más recomendables.
Las plantaciones de alta densidad, que permiten obtener elevadas cosechas y una rápida entrada en producción son de especial interés para el cultivo en invernadero ya que además permiten una rápida recuperación de la mayor inversión inicial. Para ello, es necesario controlar el tamaño de los árboles. En Italia son frecuentes plantaciones de 1.000-1.500 plantas por hectárea formadas en Ypsilon (4-4,5 m x 1,5-2 m). Con este sistema, mayores densidades de plantación permiten obtener mayores producciones, pero se reduce el tamaño del fruto y se retrasa la maduración. Densidades en torno a 900 plantas/ha formadas en “vaso español” también son adecuadas. Los recientes sistemas de plantación superintensiva (con marcos de plantación de 3,5 m x 0,7-0,8 m), que combinan la formación en seto con patrones enanizantes, como el Root-Pac 20 y Root-Pac 40, se pueden establecer en invernadero. Además de un mayor rendimiento, este sistema permite la mecanización de muchas de las técnicas de cultivo, como la poda y el aclareo. El control del tamaño de los árboles en invernadero puede requerir de técnicas adicionales como: podas en verde, poda de raíces, riego deficitario controlado o la aplicación de fitorreguladores (Paclobutrazol).
Diferentes estructuras son posibles para este cultivo siendo las más comunes las utilizadas para los cultivos hortícolas: p.ej. invernaderos multitúnel, con una altura mínima en canaleta de 3 m y en cumbrera de 5 m, con ventilación cenital y lateral. En Huelva, se utilizan también macrotúneles, como los empleados para el cultivo de fresas y berries. El plástico utilizado puede ser EVA o polietileno (tipo Nectarine) (0,10-0,20 mm de espesor), con estabilizadores UV, que permiten que penetre la radiación UVA, esencial para promover la coloración roja de la piel del fruto. Lo ideal para esta especie, serían estructuras y coberturas plásticas que permitan una fácil colocación al final del invierno y retirada tras la recolección. Esto permitiría una buena acumulación de frío invernal, necesaria para la salida del reposo, así como evitar también temperaturas extremas en el verano.
Resultados del cultivo en invernadero
El cultivo en invernadero de melocotón y nectarina es especialmente frecuente en Asia, donde se cultivan unas 20.000 ha en China y alrdedor 10.000 ha en Japón. En Europa, este tipo de cultivo es mucho menos significativo, y se da fundamentalmente en el sur de Italia y más recientemente en España, donde se estima que hay unas 1.000 ha de invernaderos, principalmente en las provincias Huelva y Sevilla. Con el cultivo en invernadero se pueden conseguir adelantos en la recolección de entre 20 y 60 días. Esta producción precoz llega al mercado europeo entre finales de marzo y mayo, época en la que ya ha acabado la temporada en el hemisferio sur y aún no ha llegado la fruta cultivada al aire libre en nuestro hemisferio. Una de las producciones más tempranas de Europa, es la que se da Andalucía, y se estima que aproximadamente, un 80% de ésta procede del cultivo en invernadero.
Los principales problemas para el cultivo de invernadero de melocotonero son, como ya se ha señalado, conseguir una correcta acumulación de frío en invierno y evitar el impacto de las altas temperaturas en verano que se pueden producir en las zonas cálidas. Para acelerar y favorecer la acumulación de frío invernal se pueden aplicar diferentes técnicas, como son la restricción del riego o la colocación de mallas de sombreo en otoño que promueven una entrada temprana en reposo del árbol, o incluso un riego climatizante, que reduce la temperatura favoreciendo la acumulación de frío. Es conveniente controlar con sensores el frío acumulado por las yemas, para cubrir el cultivo en cuanto se hayan satisfecho los requerimientos del cultivo y así anticipar al máximo la brotación. Asimismo, se pueden aplicar productos químicos para acelerar la salida del reposo. Una vez cubierto el invernadero, si las temperaturas nocturnas bajan demasiado, la calefacción puede ser necesaria. Posteriormente, durante la floración y hasta después del cuajado del fruto hay que evitar temperaturas elevadas (>20-22ºC), que ocasionan caída de flores y frutos. Es muy importante, por tanto, la ventilación del invernadero.
Cerezo (Prunus avium L.)
Interés y objetivos específicos
El cerezo es un también un frutal de hueso de zonas templadas como el melocotonero, y es uno de los frutos frescos más apreciados por los consumidores. España es junto con Italia y Polonia, uno de los principales países productores de la UE.
En general, esta especie presenta requerimientos de horas-frío elevados, mayores que los de los melocotoneros tempranos, por lo que se suele cultivar en zonas de invierno más frío. Aún así, es uno de los primeros frutos de hueso que llega al mercado en primavera obteniendo unos elevados precios de venta, ya que transcurre poco tiempo desde el cuajado hasta la recolección. El adelanto de un mes o incluso 45 días que se puede conseguir con el cultivo en invernadero, es aún si cabe más interesante en esta especie. El cultivo en invernadero también permite enfrentar y reducir uno de los principales problemas del cerezo, que es la pérdida de producción ocasionadas por el rajado de frutos, debido a las lluvias durante la maduración de los frutos. También se verían reducidas las pérdidas ocasionadas por fallos en el cuajado que acontecen con condiciones climáticas adversas durante la floración, así como los daños en frutos ocasionados por pájaros y plagas o enfermedades, gracias a la protección del invernadero. Las mejores condiciones ambientales (temperatura y humedad) dentro del invernadero también propician una mayor productividad y una mayor calidad, con frutos de mayor calibre.
Material vegetal, estructuras, manejo y técnicas de cultivo
La producción de cereza en invernadero requiere de variedades precoces. Como en el caso del melocotonero, son muchas las variedades disponibles, que tendrán que ser de época de maduración similar a Burlat, variedad que se toma como referencia para la producción precoz. Entre ellas destacan Brooks, Marvin 4-70, Early Lory y Sweet Early. En este caso, a diferencia del melocotonero, hay que considerar el carácter compatible o autoincompatible de las variedades respecto a la polinización. En el caso de variedades autoincompatibles es imprescindible la instalación de variedades polinizadoras con un adecuado diseño de polinización. Asimismo, hay que asegurar la presencia de abejas durante la floración para optimizar la polinización y la producción, bien introduciendo colmenas en el invernadero o permitiéndoles el paso a su interior. Los sistemas de formación más apropiados para el cerezo en invernadero son el sistema en V (4,5 x 0,6-1 m), o el vaso español (4-5 m x 2-3 m), que permiten altas densidades. En ambos casos es necesario un control del tamaño del árbol utilizando patrones enanizantes (p.ej. patrones de la serie Gisela, o Santa Lucia 64) y poda, e incluso con la aplicación de reguladores del crecimiento.
Al igual que en melocotonero, en cerezo se pueden utilizar diferentes estructuras, pero las más usuales son también los invernaderos multitúnel inicialmente diseñados para cultivos hortícolas, con altura media de 5 m. Además de ventilación cenital y lateral, para controlar los excesos de temperatura y humedad durante la floración y el desarrollo del fruto, es casi siempre necesario un sistema de calefacción, para mantener la temperatura en un nivel adecuado para acelerar la brotación y la floración. Lo ideal no obstante son invernaderos con cubiertas retráctiles.
Resultados del cultivo en invernadero
El cultivo en invernadero del cerezo no es relevante comparado con la producción al aire libre. Sin embargo, hay experiencias que demuestran su interés en diferentes zonas de cultivo. En EE.UU y Noruega hay experiencias de cultivo de cerezo en macrotúneles, en algunos casos de hasta 10 años, en las que se han conseguido adelantos en la recolección de entre 15 y 30 días respecto al aire libre. Además, se han obtenido mayores producciones y mejor calidad de fruta, reduciendo las pérdidas por lluvia y viento. Este incremento en los rendimientos junto con el mejor precio es clave para la viabilidad de este modelo de producción, con mayores costes de implantación. En España, principalmente en Cataluña y Murcia, también hay algunos intentos recientes de cultivo en invernadero, tanto tradicionales como tecnificados con calefacción, que demuestran también en variedades precoces adelantos en la cosecha.