El Parlamento Europeo votó este viernes en contra de limitar las denominaciones "hamburguesa", "salchicha", "filete", "escalope" y "burger" a los productos cárnicos, lo que hubiera obligado a negociar con los Estados miembros modificar los nombres de los sucedáneos de origen vegetal.
La hamburguesa vegetal podrá seguir llamándose hamburguesa
Se trataba de una enmienda en la postura del Parlamento Europeo sobre la reforma de la Política Agrícola Común (PAC), cuyo texto final se votará esta tarde y para el que más de un millar de enmiendas llevan revisándose desde el martes.
«La enmienda 165 ha sido rechazada, una victoria para todos los ecologistas y una gran derrota para el sector de la carne», dijo el eurodiputado Francisco Guerreiro, de la Izquierda Unitaria.
No obstante, la Eurocámara sí aprobó otra enmienda para impedir el uso de referencias como «del tipo», «estilo» o «alternativa» para comparar productos no lácteos a los lácteos -por ejemplo, la mantequilla de soja o la leche de almendra-, un extremo que aún debe negociarse con el Consejo (los países).
El Tribunal de Justicia de la UE ya concluyó hace unos años que no se puede hablar de leche, nata, mantequilla, queso y yogur para productos no derivados de la leche pero la enmienda va más allá y busca impedir este tipo de referencias comparativas para asemejarlos a los lácteos tradicionales.
La posibilidad de limitar las denominaciones de la hamburguesa y salchicha a los alimentos fabricados con carne había generado un encendido debate en las últimas semanas entre el lobby del sector cárnico y las organizaciones ecologistas.
Según una encuesta realizada por la organización de consumidores BEUC en 2019 a ciudadanos de once países de la UE, la mayoría de los europeos no están preocupados por los nombres que se utilicen para designar las hamburguesas o salchichas de origen vegetal.
El 42,4 % cree que las denominaciones tradicionales (carne, salchicha, etc) deberían permitirse siempre que los productos estén claramente etiquetados como vegetarianos, el 26,2 % no ve ningún problema en utilizar esas denominaciones y el 20,4 % cree que esas denominaciones no deberían estar autorizadas.
La organización de los consumidores europeos subraya que para cumplir con la estrategia «De la granja a la mesa», que quiere impulsar una producción y consumo alimentario más sostenibles, los consumidores europeos deben pasar a «una dieta más vegetal, con menos carne roja y procesada».
“Acogemos con satisfacción el voto del Parlamento Europeo en contra de la introducción de restricciones a la denominación de alternativas vegetales a la carne, donde el sentido común ha prevalecido realmente”, apunta Cristina Rodrigo, directora de ProVeg España.
“Aplaudimos a los eurodiputados que hoy han votado a favor de una alimentación más sostenible. Su decisión está alineada con los objetivos declarados por la UE en el Acuerdo Verde Europeo y en la estrategia «De la granja a la mesa», que resaltan explícitamente la necesidad de capacitar a los consumidores y consumidoras para facilitar la elección de dietas saludables y sostenibles.”
Respecto a la aprobación de la enmienda 171, en relación a las alternativas vegetales a los lácteos, Rodrigo lamenta “profundamente” que se haya votado a favor de unas limitaciones“tan perjudiciales y de tanto impacto para las alternativas vegetales a los productos lácteos”.
“Nos resulta inconcebible cómo el Parlamento Europeo ha podido adoptar una posición tan positiva en una esfera y una posición tan negativa en la otra. Es también un golpe importante para el sector de las alternativas vegetales a los lácteos, uno de los sectores más innovadores y sostenibles de la industria alimentaria europea. Las empresas podrían verse ahora abrumadas por importantes cargas financieras y dificultades prácticas en lo que respecta al cambio de nombre, la renovación de la marca y la comercialización de los productos, así como por los potenciales costes jurídicos, que podrían ser elevados”.