En esta especie ganadera hay que diferenciar dos grupos de producción avicultura de puesta y de carne. El sector avícola de puesta español ha sufrido un proceso de redimensión registrándose descensos en el censo de ponedoras y la producción de huevos desde 2004. El número de explotaciones avícolas de puesta también se ha reducido en un porcentaje superior a la producción, lo que ha motivado una cierta concentración de la producción alrededor de los principales núcleos de consumo. La adaptación del sector a la normativa de bienestar en el año 2012, que en la práctica supuso cambiar todas las jaulas de alojamiento de gallinas, con una inversión requerida superior a los 600 millones de euros, motivó realojar todo el parque de ponedoras en batería (el 90% de a producción nacional), intensificó esta redimensión y ha producido una auténtica reconversión del sector productor, polarizado en dos modelos de producción: por una parte, unas explotaciones industriales de gran dimensión que alojan las gallinas en batería, y por otra un número creciente de pequeñas explotaciones de carácter alternativo.
Por su parte, en cuanto a la evolución productiva, el sector avícola de carne en España tiende a la estabilización en torno al millón de toneladas con un ligero déficit de abastecimiento. España es el segundo productor europeo de carne de pollo por detrás del Reino Unido, con un 11,8% de la producción total de carne de pollo. La mayor parte de esta se concentra en cuatro comunidades autónomas: Cataluña, con 28,7% del total nacional, la Comunidad Valenciana, con un 16,9% del total, Andalucía, con un 15,8%, y Galicia, con un 13,1%.