Arantxa Villagrá García1 y Cristina Zomeño Segado2.
Bienestar y alojamiento en conejas reproductoras
Arantxa Villagrá García1 y Cristina Zomeño Segado2.
1Centro de Tecnología Animal- Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (CITA-IVIA). Polígono La Esperanza, 100. 12400 Segorbe, Castellón, España.
2Departamento de Biomedicina Comparada y Alimentación (BCA). Università degli Studi di Padova. Viale dell’Università 16, I-35020, Padova, Italia.
Actualmente no existe en la Unión Europea (UE) una legislación específica en materia de bienestar animal para las explotaciones cunícolas. Sin embargo, el Parlamento Europeo publicó en 2017 una resolución no legislativa sobre las normas mínimas para la protección de los conejos de granja en la que, entre otros aspectos, anima a los estados miembros a dejar de utilizar alojamientos convencionales para pasar a sistemas alternativos que ofrezcan un espacio mayor y la posibilidad de realizar un repertorio comportamental más amplio con el objetivo de mejorar el bienestar animal.
Algunos países como Bélgica, Holanda y Alemania, están llevando a cabo un cambio gradual en sus alojamientos hacia recintos colectivos enriquecidos (con plataforma y suelo de plástico) gracias en parte a ayudas económicas para los cunicultores por parte de sus gobiernos.
Por ejemplo, Bélgica en 2014 aprobó una legislación nacional que contempla que a partir del año 2016 todos los conejos de carne serán criados en recintos colectivos enriquecidos, y en el caso de las conejas reproductoras se hará a partir del 2021 (Maertens, 2017). Por otra parte, en 2018, fue registrada una iniciativa ciudadana europea llamada “End the Cage Age”*1 que tiene el objetivo de prohibir el uso de jaulas en ganadería, incluyendo a los conejos dentro de las especies sensibles.
El sector de la cunicultura, por tanto, es consciente de que el bienestar animal es un aspecto muy importante en la Unión Europea (UE) y una de las principales preocupaciones para una parte de los ciudadanos y por ello es el momento de que tanto el sector productivo como las administraciones empiecen a realizar movimientos que mejoren no solo el bienestar en las explotaciones, sino también la imagen que se tiene de ellas.
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