J.Grandía Ansó1, J. Grandía Torner1, T. Montull1, T. Ansó2, R. Sarasa3, B. Aznar3 . 1Clínica Veterinaria de Tauste/Agro-Test-Control, 2ADS Porcino nº1 Tauste, 3Esmedagro S.L. (Zaragoza).
Control de trasporte de ganado ¿sabemos cómo trabajamos?
J.Grandía Ansó1, J. Grandía Torner1, T. Montull1, T. Ansó2, R. Sarasa3, B. Aznar3 .
1Clínica Veterinaria de Tauste/Agro-Test-Control, 2ADS Porcino nº1 Tauste, 3Esmedagro S.L. (Zaragoza).
El principal objetivo de los camiones de transporte de ganado es trasladar animales entre las diferentes fases incluidas en la cadena de producción, principalmente, desde los centros de selección/cría, a las instalaciones de producción y al matadero. Este transporte debe recoger como valor añadido el preservar la bioseguridad en todas las instalaciones de destino. Definimos ésta como el conjunto de prácticas de manejo que, seguidas correctamente, reducen la potencial introducción y transmisión de microorganismos patógenos y sus vectores a las granjas (bioseguridad externa) y dentro de las mismas (bioseguridad interna).
Durante el año 2017, la ADS Porcino nº1 Tauste registró en su zona este movimiento ganadero, cuantificándolo en 1.629 entradas con 776.065 animales y 6.388 salidas con 2.089.582 animales, solo en porcino. Estas cifras, que suponen alrededor de 8.000 movimientos que afectan a 2.860.000 animales durante un año, justifican la responsabilidad del transporte, y lo exponen como uno de los eslabones más importantes y que siempre está presente, principalmente, en la bioseguridad externa ganadera, encargada de evitar la entrada de enfermedades a las explotaciones.
Las etapas que sigue un camión que acarrea ganado en su rutina de trabajo comienzan con la preparación para el transporte, previa a la carga de los animales. Posteriormente a la carga, acontece el movimiento propiamente dicho, la descarga de los animales y, por último, la limpieza, lavado y desinfección del mismo (Fotos 1, 2 y 3). Esta última etapa es fundamental y necesaria para asegurar un estado óptimo del camión, que garantice las mejores condiciones sanitarias posibles antes de la siguiente carga, lo que se relaciona directamente con la bioseguridad en las instalaciones de destino.
Este protocolo actualmente consiste en una pre-limpieza con agua fría a presión retirando toda la materia orgánica visible. A continuación se procede con la limpieza mediante agua caliente a presión (60ºC) y detergente para retirar toda la materia orgánica no visible. Acto seguido se pulveriza el desinfectante por todas las superficies y, por último, se concluye con el secado. En base a este procedimiento habitual de limpieza y desinfección de camiones, surgen algunas cuestiones: ¿Cómo decidimos si un camión lavado está limpio o sucio? (Foto 4 y 5); ¿Un camión lavado es un transporte limpio?; ¿Este proceso llega a ser suficiente para asegurar una correcta bioseguridad?.
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