“Sumar 25 años no es nada fácil, hay que acordarse del esfuerzo de los inicios”
Pedro López. Responsable en el IRTA de los premios Porc d’Or y director del BDporc
¿Cómo se presenta la próxima edición de los premios Porc d’Or?
Con muchas ganas e ilusión. Aunque somos conscientes de la situación de alerta sanitaria del sector, y pese a la incertidumbre y desafíos, tenemos precisamente muchas ganas de reunir a todo el sector y reconocer el trabajo, la eficiencia y el esfuerzo que se hace diariamente en las granjas de porcino.
¿Qué ha cambiado en los premios en sus más de 20 años de historia?
Los premios han ido cambiando en línea con lo que las granjas porcinas españolas han ido evolucionando y nos han ido proponiendo. Se ha ido adaptando el tamaño de las granjas analizadas (desde la primera categoría de 10 a 200 cerdas, hasta la quinta categoría de más de 2.001 cerdas) y los índices técnicos a premiar (productividad, tasa de partos y, recientemente, la longevidad de las reproductoras). Además, se
han introducido nuevos premios Porc d’Or especiales, como el de Innovación y el del Ministerio (MAPA), que valoran también las instalaciones, bioseguridad, bienestar y medioambiente, los pilares en los que se sustenta la porcicultura.
¿Qué novedades habrá de cara a esta próxima edición coincidiendo con el 25º aniversario?
La novedad, aunque no lo parezca, es que el sector se ha superado una vez más. Son espectaculares las cifras con las que los ganaderos han salido nominados. Independientemente del tamaño de la granja, los resultados analizados en 2017, que son los que se premiarán este año, son extraordinarios e impensables hace 25 años. Tanto en lechones destetados, como en tasa de partos, como en longevidad (lechones destetados por cerda de baja), los números para entrar en las nominaciones son muy elevados, lo que revela el buen hacer, la profesionalidad y la calidad de las granjas y las personas que trabajan en ellas.
Tras dos años realizando la gala en otras ciudades, este año vuelve a celebrarse en Lleida, ¿cuál son los motivos?
Con motivo del 25 aniversario, la organización de los premios ha estimado muy oportuno trasladar la gala 2018 a Lleida, ciudad donde nacieron los premios y donde más veces se ha celebrado. Sumar 25 años en cualquier empresa o de cualquier evento no es nada fácil, y hay que acordarse de los inicios, del esfuerzo que supuso y de las personas que confiaron en esta idea, valorarlo y que sirva para trabajar la celebración de otros 25 años más.
¿Qué datos destacables hay de las empresas y explotaciones que concursan ya?
Gracias a la herramienta BDporc hemos podido observar la evolución de los magníficos datos obtenidos por las empresas. Por poner algunos datos destacables, en 25 años los ganaderos han conseguido mejorar a un ritmo constante de 0,36 lechones destetados por cerda y año (de 19,7 a 29,4) y en 0,12 los lechones nacidos vivos; por otro lado, en lo que se refiere al ritmo de reproducción, se ha pasado de un 79,6% a un 87,3% la fertilidad, y se han reducido un total de 3,13 los días improductivos. El tamaño medio de las granjas se ha incrementado a un ritmo de 41 cerdas (de 292 cerdas a 1.338 cerdas). Además de estos datos, cabe resaltar el nivel de tecnificación de las granjas y el control de la sanidad que se ha conseguido.
¿Qué significa para una granja recibir uno de los 45 premios a los que se puede optar?
Desde la organización de los premios lo que queremos es que un Porc d’Or sirva de estímulo a los trabajadores de una granja y de empuje para seguir luchando y haciendo las cosas bien. Ojalá pudiéramos darles un premio económico a todos, pero confiamos en que el recibir una estatuilla, que concentra el trabajo de todo un año, signifique para ellos un gran aliciente y un reconocimiento reconocimiento incalculable. Y lo más importante, independientemente de las granjas ganadoras, debe ser que el espíritu de los premios traslade la verdadera imagen y profesionalidad del porcino a toda la ciudadanía y hacer mejor nuestro sector, porque el esfuerzo merece ser reconocido y nuestro sector trabaja intensamente cada día.
¿Cuáles serían los elementos más destacables que han hecho del sector porcino español el más competitivo, y qué papel juegan las nuevas tecnologías?
Sin duda, los elementos más destacables que han hecho que el sector porcino esté al nivel que está son las personas que forman parte de éste, siendo cada vez más especializadas, disciplinadas, acumulando mucha experiencia y con una mentalidad organizativa. Esto ha proporcionado una altísima competitividad y multitud de empresas muy eficientes y muy potentes a nivel mundial. Las nuevas tecnologías y el sector porcino español van de la mano, dos piezas que encajan perfectamente (herramientas y generación de datos). Las empresas del sector no conciben una granja, una fábrica, una industria, sin el control y uso de tecnologías para medir las cosas y ser más eficientes. Tecnología y porcino son sinónimos.
Con una visión exportadora, ¿qué tendencias se presentan en relación a la producción de porcino?
Es difícil saber qué puede pasar y hablar de tendencias, pero lo que está claro es que el sector porcino español se ha convertido en un auténtico exportador profesional y que es todo un ejemplo para otros sectores. En nuestra opinión la capacidad de adaptarse a las futuras normativas, apostar por el bienestar, las preocupaciones sociales y buscar la calidad en la producción deben ser las pautas para mantenerse en los mercados receptores de los productos, generar confianza y buena aceptación del consumidor. El marketing será un punto en el que habrá que profundizar en los próximos años, especialmente en explicar mejor a la sociedad qué hacemos y cómo lo hacemos.
Recientemente se han entregado los premios Porc d’Or Ibérico en Alcázar de los Reyes Cristianos, en Córdoba, (la segunda edición de los Porc d’Or Ibérico), ¿cuál es a su juicio el balance de este novedoso galardón?. ¿Qué perspectivas se presentan de cara a la tercera edición?
El balance es muy positivo. En primer lugar, lo más importante es que el sector porcino ibérico español tiene a su disposición la herramienta BDporc-ibérico, para obtener información de referencia y poder compararse, medirse y mejorar; y, por otro lado, a través de los premios Porc d’Or Ibérico, con el mismo espíritu que los premios de capa blanca, sirven de plataforma de reconocimiento y de estímulo para ver el progreso de mejora que se está produciendo en los resultados técnicos del sector ibérico. De cara a la tercera edición estamos trabajando en que cada vez se adhieran más granjas, sea más representativo (independientemente del tamaño o del sistema de producción) y de la mano del propio sector orientarnos hacia dónde debemos ir. Estamos delante de un sector muy especial, potente y con muchísimo futuro.
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