El presente trabajo es parte de una tesis doctoral (Diaz-Royon, 2016) llevada a cabo en el Departamento de Producción Agraria de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) en la que se pretendió incrementar la eficiencia proteica en las dietas de rumiantes mediante el uso de proteínas protegidas (harina de girasol y guisante de primavera).
Protección de las harinas de girasol y guisante
Fernando Díaz Royón. Doctor en Medicina Veterinaria (DVM, acrónimo en inglés). PhD. Dairy Nutrition and Management Consultant en Rosecrans Dairy Consulting, LLC.
Las proteínas protegidas corresponden a alimentos proteicos que han sido tratados o procesados con la finalidad de disminuir la degradabilidad ruminal de la proteína y aumentar su contenido en proteína no degradable en rumen (PNDR) digestible en el intestino (NRC, 2001). Muchos métodos han sido investigados para disminuir la fermentación ruminal de concentrados proteicos. La mayoría de estos métodos se basan en la aplicación de calor, agentes químicos o una combinación de ambos que alteran las características de la proteína e incrementan su resistencia a las enzimas proteolíticas.
La combinación del tratamiento térmico junto con el empleo de ácidos podría permitir alcanzar niveles más altos de protección que usando cad amétodo por separado y presentar ventajas económicas, debido a la disminución en el coste energético del tratamiento térmico y a la menor dosis de ácidos necesaria, y la menor posibilidad de generar reacciones de Maillard irreversibles, asociadas con la sobreprotección de proteínas (Ouarti y col., 2006).
La elección de las harinas de girasol y de guisante como alimentos a tratar en este estudio fue debida a la popularidad de ambos cultivos en la agricultura española, siendo pues la principal oleaginosa y la principal leguminosa grano que se producen en España, respectivamente. Las proteínas de ambos alimentos presentan la limitación de una elevada degradabilidad ruminal.
El guisante de primavera es un alimento con un gran porcentaje de proteína degradable en rumen (90% proteína), mientras que la harina de girasol presenta el valor menor de esta fracción proteica (76%). Además, debido a sus diferencias en el contenido de aminoácidos esenciales, estas harinas se complementan muy bien cuando se utilizan conjuntamente.
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