Fábrica de aceites Cortijo La Labor avanza hacia la máxima producción de aceite de oliva

Juan Félix Ruiz Cátena, como propietario, y Juanma Cátedra, como gerente, llevan años dirigiendo un negocio agrícola dedicado al cultivo del olivo. Empezaron hace 15 años comprando 50 hectáreas de olivar tradicional Picual en regadío, una finca muy conocida en la zona que se llama Cortijo de Labor.

Fábrica de aceites Cortijo La Labor avanza hacia la máxima producción de aceite de oliva

A esta adquisición, le siguió otra, en concreto 83 ha también de Picual, la mitad tradicional y la otra mitad intensivo, en el término municipal de Ibros. El año pasado se lanzaron con su tercera compra, esta vez 180 ha de olivar de producción de Picual y Arbequina. Todas sus plantaciones están alrededor de Baeza y se molturan en la almazara de su propiedad, “una de las fábricas más bonitas de todo Jaén”, asegura Juanma, llamada Cortijo La Labor donde nace su propia marca de aceite Hacienda La Laguna. Ubicada en Puente del Obispo, fue adquirida en 2016 por Juan Félix con el fin de cerrar el ciclo completo de producción del fruto y elaboración del aceite llegando así a controlar todos los parámetros de calidad.

Una serie de compras que sin duda están dando sus frutos. Sin ir más lejos, la pasada campaña se molturaron en esta almazara 8 millones de kg de aceituna, cifra que este año ha rondado los 18 millones. Y no se van a quedar ahí, tienen planteado un proyecto para au­mentar su capacidad con el que quieren llegar hasta los 30 millones de kg molturados.

 

El abonado, un factor fundamental

Desde hace años Juanma Cá­tedra confía el asesoramiento en temas de abonado a la empresa Hiperolivo, distribuidora de abonos de la multinacional Yara en esta zona. Se­gún cuenta Juanma, tras realizar las compras de las fincas de olivar, fueron asesorados por un grupo técnico profesional buscando una óptima producción y calidad. Fue entonces cuando Juan Antonio, ge­rente de Hiperolivo, recogió los datos necesarios de las parcelas para un análisis completo y resolvió que existían carencias nutricionales en los árboles.

Des­de ese momento, todas las campañas se realizan análisis de suelo y de hoja y con estos datos y la estimación de la co­secha siguiente, se determinan los tratamientos más idóneos para cada parcela. Además, Juan Antonio realiza una visita mensual para comprobar que el desarrollo del cul­tivo va como se esperaba.

Como ejemplo, este año han comenzado en una de las parcelas aplicando en fondo y a todo terreno, el granulado YaraBelaTM AXAN (a una dosis de 270 kg/ha), debido a que se ha detectado en los análisis una carencia de azufre. Este abono, además de estar formulado con nitrógeno nítrico y amoniacal, aporta también un 10% de azufre. Sin embargo, en otra parcela, que no presentaba carencias de azufre, se han decantado por YaraTeraTM AMNITRA, rico en N en forma nítrica y amoniacal.

Tras la aplicación de estos fertilizantes, comienzan con la de los productos diseñados para fertirrigación. Con el sistema de análisis MegalabTM de Yara, han detectado que los árboles tienen una carencia de fósforo, la cual se corrige con la aplicación mensual vía riego de YaraVitaTM STARPHOS, un producto que además tiene potasio y magnesio del que aplican anualmente 10 l/ha. También durante toda la temporada, se realiza por fertirrigación la aportación de N y K, eligiendo en este caso YaraTeraTM Hydroterra RUBI, a razón de 250 kg/ha.

Respecto a las aplicaciones foliares, aprovechando los tratamientos de repilo y prays, aplican productos para aumentar el nivel de micronutrientes, en particular, de boro y zinc, aplicando foliarmente Yara­Vi­taTM BORTRAC (0,2%) y Yara­VitaTM ZINTRAC (0,25%). Ade­más, dos productos que también añaden a la mezcla son YaraVitaTM SENIPHOS (0,2%), compuesto fundamentalmente por calcio y fósforo, y YaraVitaTM OLIVO (0,3%), un formulado especialmente diseñado para este cultivo.

 

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