La mosca del olivo es una de las plagas más perjudiciales en este cultivo. En este artículo analizan los diferentes métodos de control, entre los que se encuentran los insecticidas químicos, con dieciocho registros autorizados, las alternativas biológicas, repelentes y coadyuvantes. Además, aparecen nuevas estrategias de control, como el trampeo masivo adelantando la fecha de instalación de las trampas, el uso de parasitoides o la mosca transgénica del olivo. A continuación se revisan con más detenimiento cada uno de estos métodos.
Actualización de los métodos de control de la mosca del olivo
Manuel J. Ruiz Torres. Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Jaén.
La mosca del olivo (Bactrocera oleae, Gmel.) es considerada una de las principales plagas del olivar, con daños tanto en la producción de aceituna (a causa de la caída de fruto) como en la calidad del aceite, o la depreciación en la aceituna de mesa. La incidencia de la plaga es elevada, aunque con frecuencia irregular según las zonas. Por ejemplo, en el momento de escribir estas líneas, el ataque de mosca del olivo en los olivares andaluces es bajo en todas las provincias, salvo Cádiz, con una incidencia ligeramente mayor. En cambio, en Castilla-La Mancha, este ataque es elevado.
La mosca del olivo es una de las plagas que más ha suscitado una búsqueda de criterios mínimos para abordarla desde la Gestión Integrada de Plagas. En la guía del cultivo, cuando ha habido que elaborar los procedimientos correspondientes contra este tephrítido, se ha llegado a consensos de mínimos, para que en comunidades en las que se trabajaba con distintos protocolos de eficacia contrastada, no hubiera que desecharlos.