El sector forrajero español, a pesar de la reducción de superficie y producciones experimentada durante la campaña 2012-13, se ha convertido en un sector competitivo, basado en la presencia de fábricas de secado industrial con una cuota de exportación superior al 60%. Una de las claves de la competitividad del sector es la calidad del producto, que se apoya en un procesado adecuado desde la desecación hasta la conformación del producto final en los diferentes formatos de paca y gránulo (para producto desecado industrialmente) o rama. En este sentido, las segadoras son un elemento de referencia, cuyas características y regulación influyen de forma directa en el rendimiento del cultivo y en su calidad.
Aspectos clave en el uso de una segadora de forraje
F. J. García Ramos. Escuela Politécnica Superior de Huesca.
Las segadoras de barra, de gran aceptación en Estados Unidos, se han visto desplazadas en Europa por las segadoras rotativas. Así, hacia 1960 se desarrollaron en Europa las segadoras de tambores que fueron dejando paso a las segadoras de discos, principalmente por el hecho de que las segadoras de tambores producían cordones de forraje de anchura muy reducida.
Actualmente, el tipo de segadoras utilizadas de forma mayoritaria en las explotaciones forrajeras españolas son las segadoras rotativas de discos. Estas máquinas permiten velocidades de trabajo elevadas (hasta 15 km/h) y requieren un mantenimiento reducido. Por otro lado, la calidad del forraje que producen es adecuada, con un gran comportamiento frente al forraje tumbado o la hierba densa. Como inconveniente podríamos citar su precio, que para el caso de segadoras arrastradas, puede suponer en torno a un 20-30% más que el de otro tipo de segadoras.Aspectos clave en el uso de una segadora de forraje