En España la poda mecanizada no es una técnica ampliamente aceptada entre los agricultores, ya que no se trata de una poda como se concibe tradicionalmente y se le asocia diversos inconvenientes. Sin embargo, una operación de prepoda mecanizada seguida de una limpia manual podría permitir, además de reducir el tiempo dedicado a la poda y la necesidad de mano de obra especializada, distanciar en el tiempo las intervenciones de poda de mantenimiento, mejorando la rentabilidad de la explotación.
Avances en la poda mecanizada de los cítricos
F. J Arenas Arenas y A. Hervalejo García. Centro IFAPA Las Torres-Tomejil. Alcalá del Río. Sevilla.
En España, en el cultivo de los cítricos es tradicional la poda de fructificación o mantenimiento, práctica dirigida a controlar el volumen de los árboles, adaptándolos a sus condiciones de cultivo, y a equilibrar la relación hoja/madera, posibilitando así la formación de ramos fructíferos que aseguren el mantenimiento de la producción.
Esta operación, que debe realizarse de forma periódica, requiere de una mano de obra especializada. En explotaciones de naranja dulce con superficie superior a 2 hectáreas de Andalucía, la poda representa aproximadamente un 11% de los costes totales de cultivo.
En otros cultivos, como los frutales de hueso (ciruelo y melocotonero), es habitual la poda mecanizada de los árboles a fin de reducir costes. En olivar, trabajos realizados por el Departamento de Olivicultura del IFAPA han demostrado que la poda mecanizada puede ser tan eficaz como la manual, en cuanto a la producción del olivo, además de mucho más barata y rápida. Sin embargo, a largo plazo, la poda mecanizada puede dar lugar a una acumulación de ramas secas en el interior del olivo que dificulte su manejo.
En relación a los cítricos, la poda mecanizada empezó a desarrollarse en EE.UU en la década de los cincuenta (Jutras y Kretchman, 1962; Fisher, 1977), alcanzando poco a poco un gran incremento, hasta tal punto que actualmente en muchos países productores de cítricos la usan como prepoda en naranjos, mandarinos, limoneros y pomelos. En Florida, en particular, su uso está muy extendido en el cultivo intensivo de cítricos para industria.