La situación actual de cada uno de los distintos ácaros considerados como plaga en el cultivo de los cítricos es diferente, por lo que, a continuación, resumiremos el conocimiento que tenemos de ellos y analizaremos cuáles pueden ser las perspectivas futuras en un escenario de cambio, donde la producción de fruta va a ser cada vez menos dependiente del uso de plaguicidas de síntesis.
Control integrado de ácaros en cítricos
Francisco Ferragut y Sergio López-Olmos. Instituto Agroforestal Mediterráneo. Universitat Politècnica de València.
El cultivo de los cítricos acoge a varias especies de ácaros fitófagos que pueden causar daños en hojas y frutos.
Los primeros estudios sobre control integrado de estas especies se iniciaron a principios de la década de los años 80 del siglo pasado, tras la introducción del ácaro rojo Panonychus citri en 1981 (García-Mari y Del Rivero, 1981). Esos trabajos incluyeron la evolución estacional de la abundancia de las poblaciones de la plaga, el impacto sobre ella de los enemigos naturales y la toxicidad de los plaguicidas sobre el ácaro depredador Euseius stipulatus, todos ellos aspectos básicos para poder desarrollar un programa de control integrado de la plaga (García-Marí et al., 1992).
Desde entonces, otras especies se han incorporado a la lista de ácaros perjudiciales, como las invasoras ácaro de Texas, Eutetranychus banksi, y ácaro Oriental E. orientalis, o se han manifestado de forma repetida y endémica, como la araña roja Tetranychus urticae y el ácaro de las maravillas Aceria sheldoni.
El comportamiento de las especies es uno de los factores a tener en cuenta para desarrollar una estrategia eficaz de control integrado. De estas especies, cuatro de ellas viven libres sobre hojas y frutos, y la otra, A. sheldoni, vive oculta en yemas y botones florales.
De los ácaros que viven en hojas desarrolladas, tres de ellos se encuentran preferentemente en el haz de las hojas, mientras T. urticae desarrolla sus colonias en el envés. Por este motivo, los daños producidos por P. citri, E. banksi y E. orientalis en el haz de las hojas y en el fruto son similares y difíciles de distinguir, mientras que el síntoma producido por la araña roja en el envés de las hojas y el fruto es diferente y fácilmente reconocible.