En este artículo se hace un repaso de las posibilidades de empleo de los herbicidas disponibles en cereales de invierno, colza y guisante para grano para el control de las principales malas hierbas que les afectan. En concreto, se repasan las opciones disponibles para el control de vallico, amapola y avena loca, que son también las malas hierbas afectadas por la problemática de la resistencia a herbicidas. Además, se contempla también el control de bromo, una gramínea que por su extensión y características se prevé que puede presentar fenómenos de resistencia, tal y como sucede en diversas zonas de Australia.
Cómo combinar los herbicidas en cultivos extensivos para prevenir resistencias
J. M. Montull1, J. M, Llenes2, A. Taberner1 y 2. 1Grupo de investigación en Malherbología y Ecología Vegetal. ETSEA. Lleida. 2Servicio de Sanidad Vegetal.
La resistencia de las malas hierbas a los herbicidas es una respuesta adaptativa de estas plantas a la presión de selección ejercida por estas sustancias (Powles y Yu 2010) (Beckie 2006). Es una respuesta que refleja la evolución con la que las plantas se adaptan a nuevas condiciones de desarrollo (Gressel 2009). Este fenómeno aumenta no solo en superficie sino en complejidad, con biotipos de malas hierbas que han desarrollado resistencia hasta a 20 herbicidas diferentes (Heap 2013).
Esto es un problema, no solo desde una perspectiva malherbológica sino también económica, porque el control de las malas hierbas puede encarecerse hasta en un 300% o incluso obligar a dejar la tierra de barbecho durante uno o varios años, lo que provoca la pérdida del valor de la finca (Baldwin 2013).
Desde un punto de vista legal el Real Decreto 1131/2012 sobre uso sostenible de los fitosanitarios establece que se deberán utilizar prácticas adecuadas de forma que se evite el desarrollo de las resistencias de plagas, enfermedades y malas hierbas a los diferentes métodos de control autorizados.