En España cada año se obtiene del cultivo de las cucurbitáceas (sandía, melón, pepino, calabacín y calabaza) una producción de alrededor de 3 millones de toneladas, lo que supone una actividad económica de más de 1.100 millones de euros. Los cultivos de cucurbitáceas se ven afectados por el oídio, una enfermedad causada por el hongo ascomiceto Podosphaera fusca. En este artículo se resulten las distintas estrategias de control que forman parte de los programas de producción integrada.
Control integrado del oídio de las cucurbitáceas
D. Bellón-Gómez, A. Pérez-García, A. de Vicente y J.A. Torés. Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea La Mayora, Universidad de Málaga-Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IHSM-UMA-CSIC).
El oídio se ha descrito como una de las principales enfermedades que atacan a los cultivos de cucurbitáceas, tanto al aire libre como en invernadero. El ciclo de vida del oídio comienza con la germinación de los conidios sobre las plantas susceptibles. Posteriormente el hongo crece formando unas hifas que le permite colonizar la superficie de las hojas y otras partes de la planta.
El hongo crece profusamente dando lugar a la aparición de manchas blancas pulverulentas (que le da el nombre común de ceniza), y que facilita el diagnóstico visual de la enfermedad. Dichas manchas pueden aparecer tanto en el haz como en el envés de las hojas, peciolos y tallos, y los órganos afectados acaban por marchitarse y secarse. Con ello la cosecha puede verse muy disminuida, y con frecuencia los frutos maduran prematuramente y carecen de sabor.