A la vista de los problemas fitopatológicos que pueden afectar al cultivo del viñedo, a las condiciones socioeconómicas del viñedo en la Región de Murcia y a la obligación del cumplimiento de la Gestión Integrada de Plagas (GIP), resulta complicado esperar una integración y aceptación fácil y cómoda de las exigencias de la GIP, al menos las de tipo administrativo y algunas técnicas. En este artículo se analizan los principales problemas fitopatológicos del viñedo en la región y las posibilidades de éxito de la GIP en estas condiciones.
El viñedo de la Región de Murcia y la GIP, un amor imposible a primera vista
Alfonso Lucas Espadas. Ingeniero Técnico Agrícola.
El viñedo ocupa en la Región de Murcia unas 30.000 ha (Estadística Agraria de Murcia. 2010-2011), que se distribuyen en varias zonas o comarcas, de la siguiente manera: Altiplano, 28.000 ha; Campo de Cartagena, 75 ha; Noroeste, 1.120 ha; Río Mula, 805 ha. La producción total es de 94.947 t, lo que ofrece una producción media por hectárea de 3.165 kilos.
Más del 80% de la producción de uva de vinificación que se produce en la Región de Murcia, es generada por productores independientes que no tienen bodega propia y ofrecen sus uvas a terceras personas, bodegas o cooperativas para su procesamiento y elaboración, perdiendo así la titularidad de los beneficios específicos que pudieran derivarse de las elaboraciones finales que se hagan con su producto, lo que establece una ruptura del incentivo natural que puede generar ese éxito, que queda en manos de las bodegas y cooperativas y de la capacidad que tengan de transmitirlo a los productores vinculados.
Aunque puntualmente en algunos casos tenga lugar un cierto retorno al viticultor desde la bodega o la cooperativa, lo cierto es que la mayoría son ajenos a lo que sucede con las uvas una vez abandonan su explotación, y eso les plantea un claro desistimiento de la voluntad de mejorar o avanzar técnicamente para conseguir un fin determinado, del que considera que no se va a beneficiar.