La rincosporiosis es una enfermedad de la cebada que ha ido en aumento estos últimos años, junto a la incorporación de nuevas variedades altamente productivas pero con unos requisitos de manejo de cultivo más técnicos que los tradicionales. Esta es la razón por la que si el manejo agronómico no es el adecuado, la incidencia de la rincosporiosis puede ser severa en las parcelas de producción y las pérdidas económicas muy importantes. En esta primera parte del artículo se sientan las bases para un reconocimiento temprano de la enfermedad y del ciclo biológico de su agente causal, dejando para un segundo las herramientas disponibles para su control.
Agente causal, síntomas y ciclo biológico de la rincosporiosis de la cebada
Jaume Almacellas Gort. Servicio de Sanidad Vegetal. DARP – Generalitat de Cataluña.
Este aumento se ha producido en todas las zonas de cultivo, que en España son muy diversas en suelos y clima, lo que en ocasiones ha conducido a cierta perplejidad o desconcierto. Se suponía que esta era una enfermedad que solamente aparecía con caracteres epidémicos bajo condiciones continuas de lluvias o humedades elevadas y tiempo fresco en primavera, pero en las últimas campañas este concepto establecido se ve modificado por las recientes epidemias, sucedidas bajo condiciones de primaveras más secas. El cambio nos ha llevado a explicar las razones de ello, exponiendo en este artículo los condicionantes principales para el desarrollo epidémico de la rincosporiosis de la cebada.
El agente causal de la rincosporiosis se conocía hace un tiempo como Rhynchosporium secalis (Oudem.) J. J. Davis, y aún hoy en día es un nombre muy utilizado en publicaciones, aunque erróneamente. En 2011, Zaffarano et al. renombraron los aislados de Rhynchosporium que infectaban la cebada y otras especies del género Hordeum y en Bromus diandrus con la referencia taxonómica Rhynchosporium commune Zaffarano. La antigua denominación de R. secalis continúa aún vigente, pero solamente para los aislados del hongo causantes de rincosporiosis que infectan otros cereales, el centeno y el triticale.
El hongo R. commune se clasifica dentro de la clase ascomicetos y aunque hay estudios que asignan su fase sexual a los géneros Oculimacula y Pyrenopeziza, aún no se conoce el estado sexual, teleomorfo o perfecto. Por este motivo solamente se puede hablar de su fase asexual o conidial, que es la que conocemos por provocar las epidemias de rincosporiosis cuando se da el cultivo de la cebada.
Es muy importante saber reconocer la rincosporiosis a los primeros síntomas, ya que la detección precoz es una de las mejores opciones para un control efectivo de la enfermedad. La actuación mediante aplicaciones fungicidas puede ser clave si la variedad es susceptible y las condiciones ambientales favorables al desarrollo de las infecciones y al crecimiento de las lesiones.
La rincosporiosis se caracteriza por causar un tipo de infección que al principio es casi imperceptible a simple vista, provocando lo que se denomina una plesionecrosis, una lesión de color verde azulado previa a la muerte celular que se puede confundir con el color de la hoja, si bien, al cabo de unos días, la lesión se vuelve más evidente creando una necrosis marrón claro (holonecrosis) con un halo muy definido de color marrón oscuro cuando el tejido infectado muere.
Esta cualidad del tipo de infección inicial se debe conocer para saber si existe ya infección en el cultivo y si esta está activa, es decir, produciendo esporas que serán el inóculo de nuevas lesiones.