Los sistemas de doble cultivo en los regadíos del valle del Ebro son cada vez más frecuentes. Una parte de la superficie destinada a la producción de grano de maíz en monocultivo está cambiando hacia sistemas que introducen dos cultivos en un año, siendo la combinación de cebada-maíz la más frecuente.
Optimización de la fertilización nitrogenada en sistemas de doble cultivo maíz-cebada
Maresma, Á., Santiveri, F., Michelena, A., Lloveras, J. Escola Tècnica Superior d’Enginyeria Agrària de Lleida. Universidad de Lleida.
Tradicionalmente, el maíz ha sido el cultivo por excelencia en los regadíos porque probablemente es el cultivo extensivo que permite obtener un mayor beneficio económico por unidad de superficie, aunque requiera de una mayor inversión inicial (Lloveras y Cabases, 2015). En España se siembran unas 450.000 ha de maíz, de las cuales, 140.000 ha se encuentran en el Valle del Ebro (Magrama, 2015).
La práctica del doble cultivo no es nueva, ni en España, ni en la zona del estudio. De hecho, ha estado presente desde hace muchos años pero con objetivos finales distintos a los que se les están dando hoy en día. Lo habitual era encontrar sistemas de doble cultivo dónde el aprovechamiento final de uno o de los dos cultivos era forraje (Lloveras, 1987). Con el aprovechamiento forrajero de uno o de los dos cultivos se pueden adelantar las cosechas varias semanas o meses, lo que permite introducir más fácilmente dos cultivos en un año y lo que supone habitualmente un aumento de la productividad de las parcelas (Pujol, 1984). Estas zonas solían tener una conexión con la ganadería, que era donde se daba el aprovechamiento al forraje.