En este artículo se muestran los datos obtenidos en diferentes ensayos realizados por IRTA Mas Badia en la zona de Girona, que es una zona relevante en el cultivo de colza en la Península Ibérica. Se estudian dos aspectos que destacan al plantearse, en la práctica, la fertilización de la colza. Por una parte, el uso de deyecciones ganaderas, especialmente purines de porcino, en la fertilización de este cultivo y, por otra, la necesidad de aporte de azufre como fertilizante en el abonado del mismo.
Fertilización orgánica y mineral del cultivo de colza
Francesc Domingo Olivé y Elena González Llinàs. IRTA Mas Badia. Institut per la Recerca i Tecnologia Agroalimentàries.
La importancia del cultivo de colza ha aumentado últimamente y se prevé una tendencia similar durante los próximos años con la entrada en vigor de la necesidad y obligación de establecer rotaciones de cultivos a raíz de la aplicación de la Política Agraria Común (PAC), 2015-2020, y del marco legal de actuaciones para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios. En este contexto, la colza es una de las alternativas más interesantes a los cereales de invierno en las zonas de secano con un régimen de precipitaciones que permita garantizar su rentabilidad.
El cultivo de colza es exigente en nutrientes, especialmente en nitrógeno (N) y azufre (S), en comparación con los cereales de invierno. Entre otros se diferencia de éstos en que las extracciones de N por tonelada de grano producida son aproximadamente el doble para la colza que para los cereales. Si se contabilizan las extracciones por unidad de superficie, las diferencias disminuyen ya que las producciones que se obtienen en el cultivo de colza son menores (aproximadamente un 60-70 %) que las que se obtienen con los cereales.