Los síntomas de oídio son muy fácilmente reconocibles hasta para el más profano, puesto que se detecta al observar un micelio blanquecino aparente, por encima de los tejidos, ya sean hojas, brotes, flores o frutos. La principal preocupación a infecciones de oídio se produce en los momentos más activos de crecimiento, que suceden en primavera. Debido a ello, el manejo de esta patología se centrará principalmente, pero no exclusivamente, en este período.
Jaume Almacellas Gort. Servicio de Sanidad Vegetal. Generalitat de Cataluña.
Jaume Almacellas Gort. Servicio de Sanidad Vegetal. Generalitat de Cataluña.
Los oídios o cenicillas son hongos patógenos obligados que solamente viven y crecen en los tejidos vivos de las plantas, pero no en los restos vegetales como los hongos hemibiótrofos. Estos hongos infectan sobre un enorme rango de huéspedes, contando alrededor de unas 10.000 especies vegetales, incluyendo muchas especies cultivadas, causando enfermedad, procesos epidémicos y pérdidas económicas cuantiosas.
En el cultivo del manzano, el oídio es uno de los principales problemas fitosanitarios y, junto al moteado o roña, es una enfermedad clave para el manejo integrado. En Europa existen diferencias agroclimáticas importantes que provocan diferencias en el impacto del oídio del manzano en el cultivo, si bien su presencia se suele controlar de una forma intensa mediante tratamientos fitosanitarios.
Nuestras condiciones climáticas mediterráneas, más templadas y secas durante el período vegetativo, favorecen la enfermedad, puesto que a causa del riego suelen existir siempre condiciones suficientes de humedad para las infecciones, ya que este es un hongo que no precisa lluvias ni agua libre para infectar y desarrollarse.