En los últimos cuarenta años, se han realizado miles de estudios sobre el glifosato que han sido revisados por la Agencia de Protección Ambiental de los EE.UU, mientras que los investigadores han trabajado para identificar posibles efectos negativos en los seres humanos o el medio ambiente. En este artículo se analizan los aspectos relativos a la aplicación de glifosato y su posible repercusión en el medio ambiente.
El glifosato y el medio ambiente
Por Luis López-Bellido. Catedrático Emérito. Universidad de Córdoba.
Cuando se introduce en el mercado un nuevo herbicida, o cualquier producto para la protección de los cultivos, las agencias reguladoras oficiales analizan rigurosamente no sólo los efectos que el producto tiene sobre su objetivo, sino también los efectos periféricos que puede tener en áreas tales como plagas, animales, personas, etc.
Sólo después de una evaluación exhaustiva de cada una de estas categorías, los agricultores pueden usar el nuevo producto. Y, lo que es más importante, en la mayoría de los países este análisis es recurrente, ya que los organismos reguladores revisan rutinariamente dicho producto y la literatura científica que respalda sus perfiles de seguridad.