El oídio se puede considerar la segunda enfermedad más importante de los frutales de hueso, después de la podredumbre parda, y es también una enfermedad clave del cultivo para la gestión integrada, hecho que conlleva un manejo que tenga en cuenta los efectos de las medidas adoptadas para ambas enfermedades. En este artículo se detallan las estrategias llevadas a cabo para su control en un sistema de gestión integrada de plagas.
Jaume Almacellas Gort. Servicio de Sanidad Vegetal. Generalitat de Cataluña.
Jaume Almacellas Gort. Servicio de Sanidad Vegetal. Generalitat de Cataluña.
Los costes de control del oídio en melocotonero y nectarino son importantes, de hasta alrededor de un 40% sobre el total de los costes fitosanitarios, lo que nos conduce a tener que ajustar las medidas culturales para poder reducir cuanto sea posible el gasto debido a los tratamientos fungicidas. Esta idea es fundamental en el manejo integrado de la enfermedad en nuestras zonas de producción de tipo mediterráneo, normalmente secas, pero con agua disponible suficiente debida al riego, lo cual favorece precisamente la mayor presión de este tipo de enfermedad.
Todos los frutales de hueso pueden ser susceptibles a oídio, constituyendo su infección una de las enfermedades más importantes de estos cultivos, especialmente para melocotonero y nectarino, en los que se citan incidencias de hasta el 60% de los frutos. Sus efectos pueden provocar pérdidas directas importantes si se producen en los frutos, hecho que se acentúa cuando la tolerancia de infecciones de oídio en producto comercializado es cero, que es lo más frecuente en los terminales de venta. Así mismo, las infecciones en material de reproducción, en vivero, pueden ser críticas si son severas, y comportar pérdidas cuantiosas por la depreciación de la calidad de los plantones.