La producción de las diferentes especies de fruta dulce en España se aproxima a los 3 millones de toneladas anuales, con una superficie cercana a las 200.000 hectáreas. Las especies de hueso, en particular el melocotonero y el cerezo, han ido ganando importancia en detrimento de las especies de pepita, ya sea manzano o peral, tendencia que se ha invertido en los últimos años por el retroceso del melocotonero, debido a la crisis de precios en el período 2014-2019. En Vida Rural se analizan los tres pilares que sustentan la producción frutícola: la innovación en material vegetal (variedades y porta-injertos), los sistemas de conducción y la tecnología de producción.