El aguacate está, junto al pistacho o el almendro, entre los frutales que ha despertado mayor interés en los últimos años espoleado por una demanda en continuo crecimiento y una rentabilidad superior a otros cultivos con los que comparte área geográfica, como es el caso de los cítricos. En este artículo se analizan los principales aspectos clave en el éxito de un cultivo de aguacate, desde las decisiones previas a la plantación hasta el manejo de la fruta tras su recolección.
La producción mundial de aguacate casi se ha duplicado en apenas una década hasta superar, según Faostat, los 7 millones de toneladas, que se reparten por los cinco continentes, aunque la mayor parte se concentra en América Latina.
En España, también se ha notado un fuerte tirón del aguacate, que ha provocado un aumento en torno al 50% de la superficie en menos de diez años y, animado por el nuevo escenario que plantea el cambio climático global, ha impulsado su expansión desde las comarcas tradicionales de Málaga y Granada, consideradas las más adecuadas para este cultivo en la Península, a zonas costeras de Andalucía Occidental y la Comunidad Valenciana, reconocidas con potencial para el aguacate (Calatrava, 1983), pero muy frenadas hasta hace poco por algunas experiencias de daños por frío.