En la última década se ha producido la transformación del cultivo de sistemas tradicionales en secano a sistemas intensivos en regadío, estableciéndose plantaciones en zonas con mejores condiciones edafoclimáticas con el fin de incrementar los rendimientos productivos. En consecuencia, estos cambios han provocado un aumento de la incidencia de enfermedades consideradas secundarias o desconocidas de este cultivo en las áreas tradicionales. En este artículo se analizan las principales.
C. Agustí-Brisach1, A. López-Moral1, M. Lovera2, B. I. Antón-Domínguez1, L. F. Roca1, M. C. Raya1, F. Luque1, O. Arquero2, A. Trapero1. 1Dpto. de Agronomía (Unidad de Excelencia María de Maeztu 2020-24), Universidad de Córdoba. 2 Dpto. de Fruticultura Mediterránea, IFAPA. Córdoba.
C. Agustí-Brisach1, A. López-Moral1, M. Lovera2, B. I. Antón-Domínguez1, L. F. Roca1, M. C. Raya1, F. Luque1, O. Arquero2, A. Trapero1. 1Dpto. de Agronomía (Unidad de Excelencia María de Maeztu 2020-24), Universidad de Córdoba. 2 Dpto. de Fruticultura Mediterránea, IFAPA. Córdoba.
El almendro (Prunus dulcis (Mill.) D.A. Webb) es un cultivo mediterráneo ampliamente distribuido en los cinco continentes, desde Asia hacia la Cuenca Mediterránea, Australia, Norteamérica, América Latina y Sudáfrica (Gradziel, 2017). En Andalucía, el almendro es un cultivo tradicional y característico con una gran importancia socio-económica debido a la gran superficie que se destina para su cultivo y su demarcación.