Hay tres aspectos básicos a considerar en la producción y rentabilidad económica del maíz: la gran aportación de la mejora genética (nuevas variedades) al incremento de rendimiento del cultivo en los últimos treinta años, la buena o excelente respuesta del maíz al abonado nitrogenado y el posible efecto contaminante del cultivo si se abona con exceso de nitrógeno, se abona incorrectamente o hay un mal manejo del riego. En este artículo vamos a analizar los dos últimos factores.
La fertilización nitrogenada del maíz y el nitrógeno residual del suelo
E. Martínez de la Cuesta, A. Yakoub, A. Maresma, F. Santiveri y J. Lloveras. Universitat de Lleida.
El maíz ocupa en España unas 450.000 ha (Magrama, 2014) y es uno de los cultivos herbáceos que proporciona mayor margen bruto en las zonas de regadío, sobre todo cuando acompañan los precios, si bien en cambio, tiene unos elevados costes de producción en comparación con otros cultivos extensivos (Lloveras y Cabases, 2014).
El abono mineral (y su aplicación) supone un 28% de los costes totales del maíz, siendo el nitrógeno el que representa la mayor parte de este porcentaje.
Dada la elevada proporción que el gasto en abonado suponen en los costes de producción, la gran influencia del abonado nitrogenado sobre el rendimiento y su posible efecto contaminante, al abonado nitrogenado en el maíz se le da mucha importancia y es objeto muchos artículos técnicos.