En el presente artículo, y como complemento al aparecido en el número de febrero sobre malas hierbas gramíneas, se aporta la información adecuada para poder llevar a cabo una correcta identificación de las principales malas hierbas dicotiledóneas de maíz en estado de plántula.
Malas hierbas dicotiledóneas en maíz, reconocimiento en estado de plántula
Josep Antoni Conesa y Jordi Recasens.
Grupo de Malherbología y Ecología Vegetal.
Agrotecnio. ETSEA. Universidad de Lleida.
La gestión integrada de malas hierbas (GIM) requiere de tres premisas fundamentales: 1) tener un profundo conocimiento de la biología de las especies nocivas, 2) poder llevar a cabo un correcto diagnóstico del problema, en especial en estadios muy precoces de desarrollo, y 3) tomar la decisión adecuada y en el momento adecuado. En el cultivo de maíz, las malas hierbas constituyen uno de los principales agentes nocivos y su presencia puede ocasionar importante pérdidas económicas.
Un control poco eficaz, no sólo puede generar pérdidas sino también facilitar que el problema se perpetúe varios años, dada la persistencia de ciertas semillas en el suelo. Las situaciones de monocultivo de maíz son las menos recomendadas en una estrategia de gestión integrada de malas hierbas, mientras que la rotación de cultivos permite romper el ciclo de las especies presentes en el banco de semillas y poder utilizar diferentes herramientas de tipo químico, físico y cultural.