Diego Gómez de Barreda Ferraz.
Profesor Titular del Departamento de Producción Vegetal.
Instituto Agroforestal Mediterráneo. Universitat Politècnica de València.
El control de las malas hierbas en cultivos hortícolas es casi obligado. Así como en los cultivos perennes como los frutales o el viñedo se puede convivir con ellas manejándolas adecuadamente, por ejemplo, en el centro de las calles, en los cultivos hortícolas conviene prevenir su aparición o eliminarlas en sus primeras fases. En este artículo se analizan las distintas opciones disponibles para realizar de forma eficaz este control.
El control de las malas hierbas en cultivos hortícolas es casi obligado. Así como en los cultivos perennes como los frutales o el viñedo se puede convivir con ellas manejándolas adecuadamente, por ejemplo, en el centro de las calles, en los cultivos hortícolas conviene prevenir su aparición o eliminarlas en sus primeras fases. En este artículo se analizan las distintas opciones disponibles para realizar de forma eficaz este control.
A nivel mundial, se estima que un tercio del rendimiento potencial de los cultivos se pierde debido a la presencia de agentes bióticos como las malas hierbas, plagas y enfermedades, y que estas pérdidas las producen en mayor medida las malas hierbas (Oerke and Dehne, 2004). Sin embargo, esta idea es muy dependiente del tipo de agricultura y climatología, siendo la presión de las malas hierbas más elevada en agricultura intensiva de regadío en zonas del piso bioclimático Termo-Mediterráneo, en España la franja costera desde el sur de la ciudad de Barcelona hasta la provincia de Cádiz incluyendo el valle inferior del Guadalquivir. Es precisamente esta zona agrícola de España donde más importancia tienen los cultivos hortícolas, por la suavidad de su clima en invierno y la gran diversidad de especies hortícolas que pueden cultivarse.
Las malas hierbas también disfrutan de este clima y se han seleccionado a lo largo de los siglos aquellas mejor adaptadas al manejo de los cultivos, y en las últimas décadas aquellas mejor adaptadas a los nuevos métodos de control, sobre todo al químico y al uso de los plásticos.