La firma norteamericana Sperry-New Holland construyó la primera cosechadora con separación rotativa en 1975, cambiando los sacudidores convencionales por dos tambores longitudinales. Actualmente, los modelos de gama alta de los principales fabricantes se han orientado hacia los sistemas de separación denominados “de flujo axial”, en sustitución de los sistemas convencionales de sacudidores. En este artículo se analizan las ventajas e inconvenientes de este tipo de separación.
Javier López y Pablo Pastrana. Universidad de León.
Javier López y Pablo Pastrana. Universidad de León.
Antes de entrar en materia, conviene dar un breve repaso al panorama del mercado de cosechadoras en España. En los últimos años las ventas de máquinas nuevas han sufrido altibajos dentro de una tendencia bajista muy marcada. El tamaño creciente de los equipos, la mayor profesionalización del trabajo, y la situación de incertidumbre del sector, pueden ser razones que expliquen este hecho.
También hay que considerar la fuerte subida generalizada de precios que afecta ineludiblemente a la maquinaria agrícola. En las máquinas de separación rotativa, sobre las que trata este artículo y que analizamos más adelante, es difícil bajar de los 500.000 euros de precio de compra, y no es difícil superar el millón de euros en los modelos de gama alta, a pocos extras que añadamos a la lista del configurador.
Analizando el registro de maquinaria de los últimos cuatro años, hemos comprobado que la inscripción de máquinas usadas de importación disminuye desde un 40% en 2021 a un 24% en 2023. Por tanto, tampoco esto explica el descenso en ventas de máquinas nuevas en ese periodo.
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