En la actualidad, el prais es objeto de una notable presión insecticida, lo que, unido a que el momento de la floración es cuando la comunidad de artrópodos es más sensible a los tratamientos, hace que los trabajos de control de la polilla del olivo puedan tener una importante repercusión en el conjunto del agrosistema del olivar, debilitando las posibilidades de lucha biológica contra esta y otras plagas.
Perspectivas de control biológico de la polilla del olivo
Manuel J. Ruiz Torres. Laboratorio de Producción y Sanidad Vegetal de Jaén.
La polilla del olivo o prais (Prays oleae) es una de las plagas principales del olivar, la cual es objeto de frecuentes tratamientos insecticidas. Tiene tres generaciones anuales, cada una de las cuales incide en una parte diferente del árbol. El invierno lo pasa en forma larvaria dentro de las hojas, constituyendo la generación filófaga, cuyos adultos, en el inicio de la floración, inician la generación antófaga y sus larvas se alimentan de las flores. Finalmente, las polillas que surgen dan lugar a una nueva generación, haciendo la puesta sobre el fruto recién cuajado.
Las larvas, cuando nacen, penetran en la pequeña aceituna y se instalan en el interior del hueso, alimentándose de la almendra. El daño de esta generación carpófaga se traduce en una pérdida de fruto, que cae al inicio de la penetración (caída de San Juan, a final de junio) o al final del estado larvario, cuando sale del hueso (caída de San Miguel, en septiembre).