El ajuste del abonado con fósforo y potasio cuenta con un amplio margen de mejora. Dada la importancia agronómica y económica de estos elementos, resulta fundamental razonar su aporte con criterios técnicos. En este sentido, los resultados de un análisis de suelo y las conclusiones de los ensayos de largo plazo permiten el ajuste de los aportes de manera que se satisfagan las necesidades del cultivo, se mantenga la fertilidad de suelo y al mismo tiempo se minimice el gasto en fertilizantes.
Planificación de abonado con fósforo y potasio a largo plazo
Jesús Irañeta Goicoa. Experto en fertilización.
De los tres nutrientes principales, el aporte de nitrógeno (N) cuenta con un efecto inmediato y espectacular sobre el desarrollo de la vegetación y vigor del cultivo, de manera que apreciamos rápidamente su deficiencia o exceso.
Sin embargo, con el aporte de fósforo (P) y potasio (K) los efectos sobre la vegetación apenas son visibles y el ajuste de la fertilización requiere un conocimiento de las necesidades del cultivo y la disponibilidad de estos elementos en suelo. De lo contrario, como el aporte de estos nutrientes habitualmente se hace por costumbre, podemos estar aplicando por defecto o exceso durante décadas, con las consecuencias que esto puede conllevar para la fertilidad del suelo, el rendimiento de los cultivos, nuestra economía, e incluso afecciones medioambientales.