En los sistemas ganaderos basados en pastos, la nueva PAC trae novedades importantes que tendrán incidencia en su gestión. La importancia de los pastos permanentes, la inclusión de un nuevo pago verde ligado a una diversificación en los cultivos forrajeros y la posibilidad de crear grupos operativos para mejorar la rentabilidad de los pastos son tres aspectos importantes que se analizan en este artículo.
Política Agrícola Común 2015-2020 y producción forrajera
Juan Busqué Marcos. Centro de Investigación y Formación Agrarias del Gobierno de Cantabria.
El año 2015 es el primero de la nueva reforma de la Política Agrícola Común (PAC), con vigencia hasta 2020. Esta política sectorial es la más importante de la Unión Europea (UE), tanto por su presupuesto (47% del presupuesto total) como por su alto nivel de sustitución de las políticas agrícolas nacionales.
Ello hace que la PAC influya notablemente en el funcionamiento de las explotaciones agrarias y en el futuro de los 12 millones de agricultores y ganaderos de los 28 países que conforman la Unión Europea. Las tres prioridades que rigen la PAC 2015-2020 son la producción suficiente de alimentos, la gestión sostenible de los recursos naturales que constituyen el territorio agrario, y el desarrollo equilibrado de las áreas rurales de la UE.
La producción forrajera es uno de los campos claves de la agricultura europea debido a la importancia cuantitativa que tienen los sistemas ganaderos con alto consumo de forraje, así como por la gran diversidad en cultivos y tipos de vegetación natural que comprende, correlacionados a su vez con múltiples formas de explotación ganadera y con unos agro-ecosistemas de gran valor para la biodiversidad, la fijación de carbono, el mantenimiento del ciclo del agua y la preservación de paisajes rurales de gran valor. Estos aspectos hacen que en esta nueva reforma de la PAC, los pastos, y en especial los pastos permanentes, cobren una relevancia especial.