En el cultivo de arroz, el control de las malas hierbas es fundamental, ya que compiten por el espacio, la luz y los nutrientes, especialmente durante las etapas de plántula y ahijamiento del arroz. Las malas hierbas no solo disminuyen la cosecha y la calidad del grano, sino que incrementan los costes de producción, recolección, secado y procesamiento industrial. En este artículo se describen los distintos métodos culturales de control, los herbicidas autorizados en el cultivo y las resistencias detectadas a estos productos.
Principales malas hierbas y métodos de control en el cultivo del arroz en España
María Dolores Osuna1, Yolanda Romano1, Jorge González1, José Antonio Palmerín2 y José María Quiles2. 1Centro de Investigación Finca La Orden-Valdesequera (Junta de Extremadura). 2Servicio de Sanidad Vegetal (Junta de Extremadura).
La superficie cultivada de arroz en España en el 2011 está alrededor de las 121.000 hectáreas (MARM, 2011). La superficie se ha mantenido prácticamente estable en todas las zonas excepto en Aragón y especialmente en Extremadura donde ha aumentado considerablemente (en los últimos diez años en Extremadura se ha producido un aumento de más del 50% en la superficie cultivada).
El cultivo del arroz esta asociado a zonas de humedales naturales, como la Albufera en Valencia, las Marismas del Guadalquivir en Andalucía y el Delta del Ebro en Cataluña, zonas que tienen un alto valor ecológico. En otras zonas, como Extremadura y Aragón la expansión del cultivo ha propiciado la formación de nuevos humedales que igualmente han adquirido un alto valor ambiental.
Dentro de la distribución de variedades de arroz por comunidades autónomas, podemos hacer una distinción por zonas. En Cataluña y Valencia la práctica totalidad de arroz cultivado pertenece a variedades de grano redondo, predominando la variedad Gleva en ambas comunidades, donde ha desplazando a otras variedades históricamente más cultivadas.
En Aragón y Navarra prevalecen las variedades semilargas, siendo Guadiamar la mayoritaria. En Andalucía y Extremadura son las variedades de grano largo las más cultivadas, en la primera, la mayoritaria es Puntal, mientras en la región extremeña domina Gladio, siendo en esta última comunidad también importante la superficie dedicada a variedades redondas, siendo Thaiperla la más extendida.