Mientras España siga teniendo el 58% de sus exportaciones de vino a granel, a un precio medio inferior a los 40 céntimos de euro por litro, a menos de la mitad del de sus más directos competidores, conviene no parar de insistir en que debe mejorarse la conexión entre lo que producimos y lo que vendemos y mejorar sensiblemente nuestra capacidad de venta en los segmentos de mayor valor.
Un viñedo más conectado a mercados de mayor valor
Rafael del Rey. Director General de Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMV).
La experiencia de las campañas 2012, por falta de uva, y 2013, por exceso, nos demuestra que el equilibrio entre lo que producimos y lo que podemos vender bien es fundamental. Ni tan poco que los altos precios nos saquen del mercado –para beneficio de Chile y Sudáfrica en 2013– ni tantísimo que no sepamos qué hacer con el vino, llamemos a la desesperada a las instituciones para que lo destilen y lo acabemos vendiendo a precios muy bajos a nuestros principales competidores, pero buenos comercializadores.
Y en España, en estos tiempos recientes, parace que el equilibrio está sobre los 40 millones de hectolitros; que no está nada mal, considerando la disminución del consumo interior y las menores destilaciones una vez desaparecidas las ayudas europeas (a diferencia de lo que está ocurriendo en Argentina, donde siguen insistiendo en retirar vinos con fondos públicos para su destilación).