En el año 2010 se comenzó en el Centro Agrario El Chaparrillo un proyecto de investigación en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad de Castilla-La Mancha, teniendo como objetivo principal evaluar el comportamiento como enmienda orgánica y fertilizante del compost de orujo, obtenido de la viñas castellano-manchegas de la zona de Socuéllamos, en un cultivo de melón. En este artículo se muestran los resultados.
Utilización del compost de orujo de uva en el cultivo del melón en Castilla-La Mancha
M. I. Requejo (1), M. J. Cabello (1), M. T. Castellanos (2), M.C. Cartagena (2), A. Arce (2), R. Villena (2) y F. Ribas (1).
1 Centro Agrario El Chaparrillo, Consejería de Agricultura de Castilla-La Mancha.
2 Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos, Universidad Politécnica de Madrid.
España produce más de 30 millones de hl de vino al año (FAO, 2014), siendo el tercer productor mundial. Castilla-La Mancha cuenta con 580.000 ha dedicadas a la producción de vino, con una producción en 2011 de 3.218.629 t de uva (Magrama, 2014). La industria vitivinícola produce una gran cantidad de residuos orgánicos, actualmente poco aprovechados, y que se podrían utilizar como enmiendas en suelos o como componentes para la elaboración de sustratos.
Los principales residuos sólidos producidos en esta actividad son los restos de poda de vides, el orujo (compuesto por piel, semillas y raspones), y las lías de vinificación, además de lodos producidos en la decantación de las aguas de lavado. El orujo puede llegar a representar el 20% en peso de la cosecha. Cada año se producen en España 281.000 toneladas de tallos, 787.000 toneladas de orujo y 24 millones de m3 de lodos (Kepos, 2000; Brown, 2009; Seóanez et al., 2000).