Las dos tendencias principales del sector vitivinícola español, que venimos señalando desde hace ya un par de años, no solo no cambian en 2011-12, sino que se exacerban: fuerte internacionalización por una parte y, dentro de España, mayor crecimiento relativo del canal de la restauración frente al mantenimiento, o incluso ligero crecimiento para algún tipo de vinos, en el canal de alimentación. Pero ambas tendencias tienen una consecuencia común: nos obligan a ser más competitivos, con presión sobre precios y márgenes a la baja.
Uvas y vinos en la España de 2012, ganamos fuera lo que perdemos en casa
Rafael del Rey. Director del Observatorio Español del Mercado del Vino.
Que ganamos fuera lo que perdemos en casa se ha cumplido en 2011 más que nunca. Si hace ya siete años que las cifras del balance vitivinícola español mostraban que empezábamos a vender fuera más de lo que vendíamos dentro, en 2011 hemos exportado más del doble de lo consumido en España: 22,3 millones de hectolitros frente a poco más de 10 millones.
Pero, además, esos 22,3 millones de hectolitros de vino (sin contabilizar mostos y vinagres) suponen ya la impresionante cifra del 62% del total de vino producido en nuestro país. ¡Casi dos tercios del vino que producimos en nuestro país se destinan ya al exterior! Y de nuevo, esto implica que, cada vez más debemos pensar en clientes para nuestro vino que están fuera, en países alejados de la producción; que ven, por lo tanto, el vino de forma diferente a como lo vemos y lo hemos conocido siempre nosotros y cuyas opiniones y gustos pueden ser diferentes.